DIFERENTE A TODOS LOS DEMÁS
La placenta es un órgano apasionante del que se habla poco: se crea en el vientre de la mujer embarazada para alimentar y oxigenar al bebé y se expulsa en el parto.
La placenta es un órgano maravilloso, mágico y único en el cuerpo, que actúa como pulmones, riñones, escudo y que, además, se encarga de producir hormonas. Es el árbol de la vida, que crece echando raíces en el útero materno, y que además tiene un aspecto muy similar al de un árbol.
La placenta es el único órgano transitorio, efímero, temporal que se forma en el embarazo y tiene una duración determinada: cuando nace el bebé, la placenta deja de ser útil, se desprende del útero y es expulsada al exterior del cuerpo.
La placenta comienza a formarse sobre la segunda semana de embarazo y continúa desarrollándose hasta la semana 20, aunque no deja de crecer hasta el final de la gestación. Se adhiere al útero materno, como si echara raíces, para así fusionar sus vasos sanguíneos y conectar el sistema circulatorio de la madre con el del bebé.
Por lo tanto, la placenta es un órgano compartido entre madre y bebé, y a través de ella circula la sangre en ambas direcciones.
Repasamos los datos más curiosos e interesantes sobre la placenta:
1. La placenta tiene forma circular, pesa unos 500 gramos y mide unos 20 cm de diámetro al final del embarazo. Cuando observamos una placenta, podemos ver dos caras bien diferenciadas:
2. La placenta está conectada al bebé por el cordón umbilical, formado por dos arterias y una vena, rodeadas y protegidas por la gelatina de Wharton.
3. La placenta segrega sus propias hormonas fundamentales para que la gestación se desarrolle de forma adecuada, como la gonadotropina coriónica humana, la relaxina, la progesterona o el lactógeno placentario.
4. La placenta actúa como barrera para proteger al bebé de tóxicos e infecciones, aunque no es capaz de filtrarlo todo y muchos de los tóxicos como el tabaco, el alcohol, algunos medicamentos, etc. atraviesan la barrera placentaria y llegan al bebé.
5. Un mal funcionamiento o desarrollo de la placenta puede dar lugar a patologías que afectan a la madre y/o en el bebé, como la preeclampsia (caracterizada por tensiones arteriales elevadas en la madre), o el CIR (una disminución en el crecimiento del feto).