Una de las bebidas más consumidas
Según la patronal de cerveceros, España tiene un consumo de cerveza de 48 litros per cápita. No sé si les parecerá mucho o poco. Si lo comparamos con los 70 litros per cápita que beben en Europa igual les parece menos, y es que a esta bebida fermentada compuesta por agua, lúpulo y cereal le costó un poco más entrar en España.
Carlos I fue el que más interés puso en introducirla porque aquí manteníamos la tradición del vino de los romanos.
Los primeros escritos sobre la cerveza los tenemos desde Mesopotamia, cuentan por ahí que un pan se mojó y el líquido aromático que salió de él encandiló a sus gentes. A partir de ahí han sido muchos los cambios y variedades que ha sufrido este brebaje. Los monjes fueron grandes artesanos de cerveza ya que en épocas de ayuno era una bebida nutritiva y, como no era alimento sólido, les servía para pasar esas largas épocas. Incluso, durante una época, se les suministraba a los niños porque la cerveza (que se calentaba) era más segura que beber la insalubre agua, terrible transmisora de enfermedades en otros momentos. Tenemos suerte de vivir estos tiempos y no aquellos.
Las variedades de cerveza que tenemos actualmente harían las delicias de muchos pero no crean que aquella cerveza se parecía tanto a la de ahora. Era más nutritiva y tenía menos alcohol. La fermentación estaba menos controlada, los sabores eran más intensos e incluso la textura era mucho más espesa que ahora.
Eso no quita para que podamos encontrar, a día de hoy, casi una cerveza para cada tipo de persona.
La cantidad de alcohol es lo que dará la clasificación más general entre unas cervezas y otras. Podemos encontrar la cerveza, “normal”, la “SIN” y la “0,0” estas dos últimas podrían parecer lo mismo, pero no lo son. La cerveza SIN es CON en realidad. Con poquito, un 1% en volumen, pero con. En cambio, la “0,0” tiene como mucho un 0,04% de alcohol. Es realmente muy poca cantidad, no obstante, no está recomendada en ningún caso en embarazadas ya que no sabemos cuál es la cantidad mínima que podría tener un efecto negativo en el feto.
La cerveza sin alcohol está teniendo cada vez más adeptos en España, sobre todo con los últimos estudios que indican que no hay cantidad segura de alcohol. Los beneficios que puede tener la cerveza no compensan los inconvenientes de la cantidad de alcohol ingerida. En nuestro país, la cerveza tiene menos graduación que en el resto de Europa, esto es una gran ventaja para la 0,0 (y por eso aquí se consume más aquí). El alcohol le aporta un sabor que no se puede sustituir (de momento) y los españoles lo notamos menos. Otro punto a favor de la 0,0 es que nosotros tomamos la cerveza bien fría lo que hace que notemos menos las diferencias en las intensidades de sabor.
Aromas y sabores de la cerveza 0,0 son cada vez más parecidos a la cerveza habitual. Aplicando presión y vacío, se consigue que el etanol que se ha producido en la fermentación se evapore antes que las sustancias volátiles aromáticas que también se obtienen en este proceso fermentativo y, en ocasiones, muchos de ellos, se capturan y vuelven a añadirse a la cerveza para que tanto sus propiedades como aromas se mantengan intactos.Ya no hay excusa para no tomar la 0,0. Más sana y con las mismas características que la habitual. Eso sí, hay tantas variedades de cervezas como gustos en la población. Sólo recuerde que no la tomen con alcohol porque “alguien” le dijo que era sana sino porque le apetece, desde el conocimiento.