LA REALIDAD EN LAS REDES SOCIALES
Las redes sociales pueden distorsionar la realidad dependiendo de lo que se publique. Por este motivo, Violeta Mangriñán ha decidido ser totalmente natural y compartir su día a día como madre de dos pequeñas con 29 años. Y lo cierto es que no está atravesando su mejor posparto.
El pasado 1 de febrero, Violeta Mangriñán dio a luz a su segunda hija junto a Fabio Colloricchio. Una nueva experiencia en la maternidad y, sobre todo, un nuevo posparto del que ahora ha hablado. Con la naturalidad que le caracteriza, la influencer ha contado a sus seguidores cómo está llevando estos días en los que las almorranas han sido parte de su último revés anímico.
"He ido al médico después de dos días de dolor insoportable al ir al baño… La gente quiere naturalidad en redes, ¿no? Pues nada, tengo almorranas, duele que te mueres. Otra de las maravillas del posparto", ha empezado explicando.
Lo cierto es que los dos embarazos y pospartos de Violeta no han sido un camino de rosas. Han sido varias las ocasiones en las que la creadora de contenido ha tenido que acudir al médico con su pequeña Gala, y ahora también con Gia -que hace unos días le salieron unos granitos por la cara-.
Pero, más allá de las pequeñas, quien tampoco lo ha pasado y está pasando bien es ella: "Si a mi yo de 20 años le llegan a decir que mis últimos días como veinteañera los iba a pasar con dos hijas, hemorroides, la menstruación y un bajón anímico tremendo, evidentemente no se lo hubiese creído". Será el próximo 3 de marzo cuando Violeta cumpla 30 años, con un vida muy diferente a la que tenía la primera vez que salió en televisión.
Lo cierto es que son pocas las influencers que hablan abiertamente de la maternidad, del posparto y de lo difícil que es conciliar con el trabajo. Pero Violeta, desde el primer momento que supo que estaba embarazada, ha querido enseñar su vida con sus pros y sus contras. "Así estamos después de otro día bien intensito…", ha explicado, para después comunicar que la pequeña Gia es muy probable que tenga reflujo y que han decidido esperar unos días para ver si es necesaria la medicación.
Un nuevo bache de salud que, como ella misma ha confesado, le preocupa: "No sé qué más hacer por ella. Ya sabéis los padres lo desesperante que es verles mal, y eso que no es nada grave".