De viaje a los primeros 90

¿Recuerdas Salvados por la campana? El restaurante existe de verdad y sus imágenes te fliparán

Es tan parecido al de la serie que da miedo.

El elenco de Salvados por la Campana, al completoNBC

Hay pocos restaurantes tan icónicos en la historia de la tele como The Max de Salvados por la campana. Si os acordáis, se trataba de un diner con colores muy de principios de los 90 donde Zack, Ac Sleiter, Kelly, Screech, Jessie y Lisa se sentaban a comer hamburguesas, tomar batidos y hacer sus planes descabellados que casi siempre consistían en cabrear de una u otra manera al Sr. Belding, el director del instituto. Lo veíamos en la tele (Antena 3, a mediodía, justo antes de las noticias) como la clásica cafetería americana, con sus sillones de escai, su máquina de discos, sus neones…
Este es el aspecto del The Max en la vida real | The Max restaurant


Pues bien, este espacio icónico saltó a la realidad el año pasado en Chicago en forma de 'pop up'. Lo que tan solo iba a durar unos días ha terminado prolongándose durante todo un añito con llenos constantes de gente deseosa de probar las hamburguesas que se supone que se servían en Bayside y batidos bautizados con el nombre de algunos de los personajes.

The Max, un restaurante para fans de Salvados por la Campana. | The Max restaurant

Tras ese año de éxito arrollador, el restaurante ha cerrado en Chicago peeeero solo para abrir en Los Angeles, la ciudad en la que originalmente estaba situada la serie. Además, de vez en cuando se dejan caer por la cafetería alguno de los personajes (secundarios, eso sí) que aparecían en la serie como el Sr. Dewey, para el deleite de todos los fans.


Lo que nos ha dejado ojipláticos es el nivel de detalle con el que está conseguido todo. No solo los sillones y las mesas son absolutamente iguales, sino que también está la máquina de discos, el neón y cualquiera de los elementos que recordamos del Max original. Así las cosas, no nos extrañaría nada que, en caso de que tengamos la oportunidad de acudir algún día, entre Zack Morris por la puerta y se oigan vítores y risas enlatadas. Sería la bomba y oye, soñar es gratis...