Huevo hilado, ¿por qué existes?
Los visitantes más odiados de cada Navidad con permiso de ese primo tuyo que es un auténtico brasas son el huevo hilado, los espárragos con mayonesa o el carbón dulce, una de las creaciones más maquiavélicas jamás pergeñadas por el hombre.
La Navidad es, gastronómicamente, el momento más triste del año. El drama es grande, porque podría ser el mejor: una fantasía culinaria en la que ratones con gorro de cocinero se metieran en tu cocina y fueran sacando los más deliciosos platos mientras suena música que mola, como Young Marble Giants o Beat Happening.
Pero no. Al final, son celebraciones hijas del exceso y presas de las tradiciones de navidades anteriores, que vienen a visitarte como fantasmas que te joden la digestión. Empiezas con una inocente quedada con amigos en torno al puente de la Constitución con unas bravas y una ración de oreja para compartir y ahí todo va bastante bien, pero terminas el día 7 de enero con una colección de flatulencias, la cocina alicatada hasta el techo con tápers de mierdas a medio terminar y tus pitillos sufriendo por retener tus gordos muslámenes. Echas la vista atrás y te topas con la cena de navidad, con el desfase gastrosurrealista del 24, con la melopea apolvoronada del 31 y con el roscón secorro del Día de Reyes. Y vas identificando uno a uno, como en una rueda de reconocimiento policial, a los cabrones que te han jodido la vida y que te han hecho llegar a enero convertido en una masa humana putrefecta. Son estos, no hay duda.
Huevo hilado
Hoy ha sido asesinado otro payaso triste en la ciudad. Su cuerpo, desmembrado, ha sido repartido por todas las casas para avituallar las celebraciones navideñas. Y tú, afortunado, tienes uno de los penachos anaranjados del pobre 'clown' para cenar en tu plato, coronando tu redondo de cerdo al horno o tu cochinillo asado. Solo falta que suene Tom Waits.
Turrón cutre
Mientras en las casas del centro de una pequeña ciudad de provincias niños y abuelos consumen el turrón más caro del mundo, quizá el alimento con el eslogan más procapitalista de la historia, un niño de extrarradio recibe un trozo de turrón comprado al peso. En el sistema de castas de los turrones, está en la parte más baja: ni siquiera viene en caja. Y lo peor, puede ser incluso de cacahuete.
Espárragos con mayonesa
El 'horror vacui' que empuja a tus progenitores a llenar la mesa de entremeses acaba haciendo que, junto a la bandeja de ibéricos, lleguen unos espárragos blancos con mayonesa recién sacada de la nevera. El aperitivo ideal para un día en el que suele hacer cero grados y llegas del brindis con tus amigos del instituto totalmente congelado.
Peladillas y piñones
El mal nunca fue tan blanco. Inocentes frutos secos recubiertos de azúcar que, además, tienen la virtud de poder partirte la dentadura. Ofrecérselos a la abuela es de muy mal gusto.
Marisco tóxico
Esa tía tuya que deja carmín en la copa de cava y que fuma Ducados negro siempre aporta su granito de arena a la cena de Navidad. En el 94 fue una caja de marisco comprado a precio de saldo en Galerías Preciados.. o de saldo en Galer hel horror. Fue cocer los bichos y abrir la caja de Pandora. Durante la cena, todo el mundo sudaba como si fueran personajes de un cómic de Daniel Clowes. Aún hoy, 20 años después, el olor te persigue, y lo que es peor, el sabor te vuelve a subir a la boca en cualquier momento.
Frutas escarchadas
¿Quieres convencerte a ti mismo de que la fruta escarchada es mejor que la normal, la fresca y radiante que consumes durante todo el año? Adelante, hazlo, pero es importante que sepas que esos gajos de naranja y esas cerezas están sufriendo una sobredosis de azúcar y lo están pasando realmente mal.
Carbón dulce
Alguien muy malvado decidió crear hace unas décadas el carbón de broma para darles un susto de muerte a los niños el Día de Reyes. Alguien muy sádico obliga incluso a sus hijos a morderlo mientras gruesos lagrimones caen por sus mejillas. Buf.
Brazo de gitano salado
Tus padres se trajeron algo más de sus escapadas de los 70 a Francia para ver 'El último tango en París' que un calorcillo turbador: el traicionero recetario centroeuropeo vuelve cada año por Navidad en forma de brazo de gitano salado. Da igual que lleve salmón, jamón york o carne picada: siempre es odioso.
Licores caseros
La Navidad entendida como banco de pruebas. Tu cuñado, que realiza horribles destilados (y quién sabe que más) en la intimidad de su garaje, viene cargado con dos garrafas de plástico de cinco litros de su particular versión del licor café o del pacharán. A la mañana siguiente, no te despegarás del váter.
Foie con forma de cisne
¿Hay algún animalista en tu familia? Supermercados Malrollo te lo pone fácil para amargarle la cena. Solo tienes que pasarte por la sección de charcutería y comprar su cutre foie moldeado con forma de cisne. El ojito que le ponen es un granito de pimienta negra. Encantador, ¿no es cierto?