DESENMASCARANDO A TU MADRE (II)

Hola mamá: que no, que el zumo no pierde las vitaminas si no te lo bebes rápido

Ella te dijo un día que tenías que hacer la digestión durante dos horas antes de bañarte, te amenazó con el hombre del saco tras atizarte amorosamente con la zapatilla y ella, pese a que la Historia se empeñe en demostrar lo contrario, también te dijo que el zumo pierde las vitaminas si no te lo bebes enseguida. Ella mentía, y ahora lo sabes. Pero la amas igual.

Y lo de las dos horas de digestión también era mentira. Cocinatis

La naranja, y con ella el zumo, es una máquina perfecta de generar leyendas urbanas que ni siquiera pone de acuerdo a la comunidad médica. En la actualidad, científicos y nutricionistas coinciden en que tomar un zumo al día NO previene en ningún caso los resfriados, aunque sí es cierto que la vitamina C puede aliviar sus síntomas una vez los virus ya han empezado a hacer de las suyas. Ese zumito diario durante todos los inviernos de nuestra infancia no servía, pues, para prevenir resfriados, pero suponía una dosis de vitamina C que, lo sentimos de nuevo, tampoco es que quitase el sentido.

Porque pese a la fama de la naranja como portadora de vitamina C, lo cierto es que hay otros alimentos que la multiplican. El pimiento rojo, por ejemplo, tiene cuatro veces la dosis de vitamina C de la naranja, lo mismo que el perejil (que la triplica) y otras frutas, como la fresa o la grosella, que la superan con creces, igual que el brócoli.

Pero todo esto no tendría importancia si no fuese por la falacia que se ha cernido sobre nosotros desde nuestra más tierna infancia. "Bébete el zumo inmediatamente, que pierde las vitaminas", nos decían nuestras madres mientras nos enchufaban el vaso a traición cuando ni siquiera nos habíamos levantado de la cama. Si había zumo, no existía el resto: no se iba al baño, no se hablaba, no se jugaba. El tiempo se detenía y sólo estábamos allí, en la cocina de casa, nuestro zumo, el silencio y nosotros.

Pues bien, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas dice, sin que nosotros queramos insinuar de ninguna de las maneras que dominan más que nuestra madre el tema de la misteriosa desaparición de las vitaminas en pocos segundos, que en condiciones normales y a temperatura ambiente las pérdidas de vitaminas no son significativas. Es cierto, sí, que la vitamina C se oxida a causa de la luz solar y el calor, pero para que esta oxidación sea significativa tendríamos que calentar directamente el zumo a temperaturas altísimas. Por tanto se pueden exprimir sin problemas unas naranjas y guardarlas en la nevera, del mismo modo que se pueden comprar zumos exprimidos, siempre que estemos atentos a la etiqueta y sean 100% naranja (hay pocas marcas en el mercado, pero alguna hay).

Con esto no queremos decir que nuestras madres nos mintiesen a traición (probablemente ellas siempre vivieron engañadas, a ver ahora cómo les comunicais esto) ni que podamos olvidarnos de la naranja con el argumento de que tampoco es para tanto. Es, pese a esta serie de malentendidos, una fruta muy completa, que cuenta además de la vitamina C con vitamina A, B y D, además de ácido fólico y grandes cantidades de fibra, lo que convierte al zumito de rigor en un alimento ideal para consumir de buena mañana, pues favorece el tránsito intestinal.