No te preocupes, los italianos lo toman también... pero hay que saber cómo
El café con hielo es para el verano, pero para disfrutarlo al cien por cien sigue estas reglas.
Ojalá que llueva café en el campo cantaba Juan Luis Guerra. Pero, eh, si es verano, mejor que esté frío para disfrutarlo a tope. Los muy cafeteros nos dejan de lado su bebida favorita aunque el termómetro se pase de la raya. Simplemente, cambian el modo de consumo. Eso sí, en España somos muchos los que disfrutamos pero haciéndolo mal... Fijémonos en los italianos, unos expertos en el arte cafetero y que son capaces de hacer de esta variación una cosa digna mediante el 'shakerato', en el que conviven café y espuma con hielo del bueno. Para nosotros, españolitos de a pie, estas son algunas normas a vigilar.
Deja enfriar el café. Básico. Somos muchos los que, en cuanto tenemos el café y el hielo juntos, vertemos el café sobre el hielo cuando aún está incandescente. Lo que ocurre entonces es que el café acaba disolviendo los hielos y el resultado es una bebida aguada que no nos mola nada. Aunque a veces nos estemos muriendo de calor, lo que hay que hacer es aguantar unos minutos... prueba a pedir un vaso de agua.
¿No tienes tiempo? hazlo más concentrado. Viejo truco de la abuela: si no quieres que el café te quede aguado y no puedes esperar a echarlo sobre el hielo, aún tienes una alternativa: prepáralo más concentrado de modo que, aunque se ague, no pierda su carácter.
No tomes versiones ya preparadas. Un consejo básico: si no quieres añadirle azúcar como si no hubiera un mañana, evítalo pedirlo ya mezclado. Lo único que obtendrás es una bebida que recuerda ligeramente al café con leche, megaazucarada y que será mucho más calórica que si la hubieras preparado tú. Además, el café es un potente deshidratador, así que tampoco conviene que te hinques entre pecho y espalda un litro de esto...
Que el café frio no sea del dia anterior. Que lo vayas a tomar helado no tiene por qué significar que tengas que tomarlo de varios días antes... Ten en cuenta que el sabor va a ser claramente peor, así que no asumas que porque lo vas a tomar frío puedes tirar de uno que lleve horas -o incluso días- hecho. Si tienes alguna duda vuelve a los dos primeros puntos.
Hazlo como un pro: que los hielos sean de café. He aquí uno de esos secretos que hacen que un café helado pueda ser una experiencia maravillosa. Utiliza café para hacer los propios cubitos de hielo con los que acompañar tu bebida. ¿Que se disuelven? No pasa nada: será café y más café el que llenará tu vaso. Una idea genial que hará de tu café helado una auténtica delicatesen.