RECONCÍLIATE CON ELLAS
No es que no te guste la verdura, no. Simplemente es que la has cocinado siempre tan mal que es imposible que te reconcilies con ese abanico irresistible de productos del huerto que tan buenos son para la salud. Y seguramente este es el principal error que has cometido con la verdura a lo largo de tu vida.
Brócoli, calabaza, calabacín, zanahoria, acelgas, espinacas... ¿Verdad que las has comido en alguna ocasión en algún restaurante y has pensado que están deliciosas? ¿Por qué en casa no te salen así? Pues fundamentalmente por un motivo, aunque puede haber otros: la sobrecocción. Cocinar de más es el principal enemigo de la verdura, que queda blandita e insípida, incapaz de casar prácticamente con ningún otro alimento. Para que sea buena y apetecible es importante que las verduras queden al dente, ligeramente crujientes, pues no solo estarán más ricas y permitirán combinaciones con múltiples aderezos, sino que además nos sentarán mejor.
Para ello, bastan en general 4 o 5 minutos de cocción, y lo ideal es siempre la cocción al vapor, que hará que se mantengan todas las propiedades nutricionales y organolépticas de los productos del huerto. Lo ideal es, pues, hacerse con una vaporera y cocer nuestras verduras al punto, una técnica que iremos perfeccionando con el tiempo y al final ni siquiera tendremos que mirar el reloj. Piensa que existen en el mercado vaporeras de silicona, baratas y fáciles de limpiar, que podrás colocar sobre tus ollas y apenas ocuparán espacio. Es una inversión, no lo dudes.
Otra manera de reconciliarnos con la verdura –y de paso con la dieta mediterránea– es optar por los salteados, que también nos permitirán disfrutar de las verduras al dente y combinarlas con arroz, quinoa, cuscús, carnes, pescados y, en definitiva, con casi cualquier alimento. También podemos elaborar croquetas, empanadillas, lasaña o cualquier otro plato que permita incorporarlas, aunque lo cierto es que hay pocas cosas más interesantes que una verdura bien cocida, en su punto, acompañada de algún aderezo original. Y es que hay vida más allá del chorro de aceite de oliva y sal, o del sofrito con ajo o con virutas de jamón. Se pueden elaborar todo tipo de aderezos que nos permitirán sacar el máximo partido a nuestras verduras, desde mayonesa casera a salsa de yogur, vinagretas variadas y todo tipo de acompañamientos que nos ayudarán a potenciar su sabor sin enmascararlo.
No olvides que, en el caso de no utilizar la vaporera, es importante cocinar las verduras enteras y hervirlas con poca sal, a poder ser sin un exceso de agua (que apenas las cubra) y con la olla abierta. También es recomendable utilizar el agua sobrante de cocción, en la que se concentran gran parte de nutrientes, para elaborar sopas o consomés. Una buena opción es dejar enviar el agua sobrante a temperatura ambiente y guardar herméticamente en el congelador para luego incorporarla a las cremas de verduras, que ganarán en sabor y vitaminas.