Atento a esto
Aunque pienses que eres todo un experto en el mundo de la carne, siempre hay conductas que puedes corregir.
La carne es delicada y, cuando menos te lo esperas, pueden surgir problemas que ponen en riesgo tu salud. Lo peor es que no nos damos cuenta. A diario preparamos filetes sin ser conscientes de que la estamos liando y de que eso que hacemos puede generarnos un problema. Aquí van siete errores muy comunes que te pueden hacer enfermar.
No la llevas a casa inmediatamente tras comprarla. Las recomendaciones en materia de seguridad alimentaria advierten de que hay que descartar cualquier alimento potencialmente peligroso que pase más de dos horas a más de cinco grados. ¿Recuerdas cuando vas a comprar carne y, ya de paso, haces una parada técnica para mirar algo de ropa? Pues eso.
No te lavas las manos antes de tocar la carne. Porque total, ya ves tú. Pues ese gesto tan nimio te puede librar de que las bacterias o gérmenes de tus dedos pueden pasar a la carne. En este caso, el problema no está en el filete: está en tí, que eres un poco guarrete.
Si la vas a congelar, no la congelas adecuadamente. En caso de congelar carne, nos interesan dos cosas: por un lado, que no entre aire en el paquete, por lo que conviene ajustar el film al filete o trozo en cuestión. Tampoco irá mal ponerle una segunda capa, con lo que evitaremos que la carne se 'queme', que es lo que ocurre a veces cuando entra en contacto con el hielo.
No usas una sartén realmente limpia. Debe haber una razón por la que somos más dejados con las sartenes que utilizamos para los filetes, cuando, en realidad, hay que mantenerlas tan limpias como nos sea posible. Cocinar un filete en un sartén con restos de comida es peligroso porque las bacterias pueden campar a sus anchas y pasar al trozo que estemos haciendo en ese momento.
Descongelarla la carne a temperatura ambiente. Las bacterias se multiplican realmente rápido a temperatura ambiente, así que no es una buena idea descongelar un filete sobre la meseta de la cocina. Para no romper la cadena de frío, es mejor hacerlo en la nevera, con lo que el shock térmico, además, será mucho menor. El resultado será un filete en mejor estado.
Lavar la carne. Tampoco sabemos por qué hay veces que se da esta situación, pero el caso es que se da. Poner un filete crudo bajo el grifo no tiene sentido alguno y, lo que es peor, es una de las mejores maneras de esparcir bacterias por nuestra cocina, gracias a las salpicaduras de agua. Un error de bulto.
Pones el filete ya hecho donde antes estaba crudo. Una carne sin hacer es pontencialmente peligrosa y es el calor el que acaba haciéndola segura para el consumo humano. Por eso, es básico disponer de dos platos para así no mezclar lo cocinado con lo crudo. Si no, la contaminación cruzada está prácticamente asegurada.