La guía definitiva
Si eres de los que en las semanas previas a la Navidad ya empiezan a comprar el pescado para las fiestas, te traemos la guía definitiva sobre cómo congelarlo. Sí, porque si no lo haces correctamente, puedes cargarte la cena navideña.
El proceso de congelación de pescados y mariscos difiere ligeramente, aunque para ambos casos el principio es el mismo: tenemos que proteger los alimentos del frío. Vamos con el pescado:
Recuerda que el pescado blanco se puede conservar, si está bien congelado, hasta seis meses, mientras el pescado azul se conserva durante un máximo de tres meses antes de empezar a perder sus propiedades.
Si la idea es congelar marisco, el proceso puede variar ligeramente.
El resto del marisco, como camarones, nécoras, centollos y casi todos los tipos de cangrejo se congela cocido. La mejor forma de conservar su textura es envolverlo en un paño mojado en la misma agua de cocción. A continuación, seguiremos el mismo proceso que hemos empleado con el pescado o con los mariscos bivalvos: papel film o envasado al vacío, intentando evitar las bolsas de aire. Esto evitará que su carne adquiera una textura harinosa, se desmigue y se rompa cuando lo descongelemos. Y recuerda, el centollo se congela con las patas hacia arriba.
Descongela pescado y marisco gradualmente, pasando del congelador a la nevera. Lo ideal es que el proceso dure unas 18-24 horas y que coloques el pescado o el marisco encima de una rejilla o dentro de un colador grande para que no entre en contacto con el agua de descongelación.
Una buena costumbre, que se aplica a todo lo que congeles, es etiquetar los alimentos: apunta el contenido del paquete y la fecha de almacenamiento, y de vez en cuando organiza el congelador trayendo al frente los alimentos que llevan más tiempo congelados. Otro buen sistema es ordenar los cajones para que lo más viejo siempre esté en el cajón de arriba y lo que acabas de congelar en el de abajo.
Un truco que te puede ayudar a congelar pescado y marisco si no dispones de máquina envasadora al vacío es utilizar las bolsas herméticas para congelar alimentos. Inserta tu pescado o marisco y cierra la bolsa casi del todo. Aprieta ligeramente para que salga el aire en exceso y luego sumerge completamente la bolsa en un bol con agua, sin dejar de apretar. Verás salir las burbujas de aire e imitarás, en la medida de lo posible, el trabajo de la envasadora.