LA DEPRESIÓN LEVE Y EL CANSANCIO SON TíPICOS DE LOS CAMBIOS DE ESTACIÓN

La astenia otoñal está al acecho: quince consejos para evitarla

Solemos asociarla con la llegada de la primavera, pero lo cierto es que el otoño también es una época típica de astenias. ¿Qué entendemos por astenia? Ese estado que oscila entre el cansancio extremo, la apatía y la tristeza que suele apoderarse de nosotros, con diferentes grados de intensidad en función de la persona y de sus circunstancias, especialmente en los cambios de estación. ¿Cómo evitarla?

El otoño y la melancolía.Cocinatis

Hay quien la conoce como distimia, un término que se refiere a los estados de depresión leve, pero la astenia es algo más: es un conjunto de síntomas asociados a los cambios de estación, por lo tanto a las horas de luz, que afectan a nuestros biorritmos hasta tal punto que nos pueden llegar a preocupar durante unas semanas. Si seguimos estos veinte consejos tal vez no logremos acabar con la astenia, pero seguro que la mantendremos a raya.

1- Duerme bien. Nos tenemos que poner muy serios con los asuntos del dormir. Cada uno conoce su cuerpo y sabe cuántas horas necesita dormir para rendir correctamente al día siguiente. Nosotros recomendamos un mínimo de ocho horas a rajatabla, todos los días, que pueden convertirse en siestas maratonianas prácticamente ininterrumpidas los fines de semana.

2- Realiza ejercicio físico suave, a poder ser por las mañanas o a primera hora de la tarde, nunca justo antes de irte a dormir. Puede ser una caminata larga a buen ritmo, si es que te sientes demasiado cansado para realizar un ejercicio más intenso.

3- Bebe mucha agua. Y evita los refrescos azucarados, zumos industriales y otras bebidas que propiciarán un incremento inmediato del azúcar en sangre, con su consiguiente efecto energizante, pero también una caída súbita que nos dejará traspuestos.

4- Acaba la ducha con un chorro de agua fría. Hará que la sangre circule mejor y enseguida te notarás más animado. Si es posible alterna chorros fríos y calientes durante toda la ducha, pero si no eres capaz acostúmbrate al menos a acabar con un buen chorro de agua fría por todo el cuerpo, con especial atención a las piernas.

5- Reduce agenda. Siéntate con calma y dedícate a eliminar actividades de tu vida al menos durante un par de semanas. La salud es lo primero y si no bajas el ritmo este estado no hará más que empeorar.

6- Algunos complementos nutricionales, como el popular hipérico, son estupendos para casos de depresión leve, como la que se asocia a los cambios de estación. Consulta en tu herboristería.

7- Evita las grasas. Durante estos días insistamos en comer fundamentalmente frutas, hortalizas y cereales integrales. Evita tanto las grasas como el exceso de proteínas, y reparte la comida en cinco pequeños ágapes.

 

8- Apuesta por los omega 3. Estos ácidos grasos poliinsaturados se hallan fundamentalmente en los pescados azules, y te ayudarán a reforzar el sistema inmunológico y mejorar la actividad cerebral.

9- Busca el sol. En la medida de lo posible, la luz solar nos va a dar la energía que parece que hemos perdido de golpe. Si no nos es posible realizar ejercicio físico en el exterior, que sería lo ideal, intentemos salir a tomar el café, aunque sea un cuarto de hora, a alguna terraza, o demos un pequeño paseo por la tarde que nos permita disfrutar de los rayos solares cuando los haya.

10-Come alimentos estacionales. Van a ser nuestros mejores aliados: desde carnes de caza a setas, verduras como la calabaza, frutas muy ricas en vitamina C como las naranjas, pomelos o mandarinas, por no hablar de castañas o boniatos. Busquemos en la naturaleza y huyamos de alimentos refinados.

11-Frutos secos como tentempié. Llevar un puñado de nueces en el bolso y tomarlas como tentempié en lugar de agarrar unas galletas nos va a servir para aumentar los niveles de vitamina B6 y magnesio, que mejorarán el tono muscular. Los frutos secos tienen, además, una gran cantidad de ácidos grasos esenciales que contribuirán a mejorar el rendimiento intelectual.

12- Nada de café, tabaco y alcohol durante unos días. La mejora repentina asociada a estas sustancias se convertirá en un bajón notable una vez pasados sus efectos.

13- Pásate por la herboristería y hazte con un complemento vitamínico a tu medida. Puede ser gingseng (cuidado los nerviosos, un exceso de esta planta puede provocar ansiedad), jalea real, algún combinado o cualquier otra planta estimulante.

14- Y vayamos a la parte de autoayuda, pues la astenia es, finalmente, una afección tanto física como psicológica, que por tanto hay que atacar desde ambos frentes. Cuando recomendábamos antes que redujeses tu agenda de las actividades que te estresan lo hacíamos con la intención de que dejases hueco para las que te relajan. Busca hacer a diario alguna cosa que te guste y te hagan sentir bien, sea lo que sea. Es fundamental que encuentres el tiempo para ello, porque de tu bienestar dependerá que los síntomas físicos empicen también a ir a menos. Pide ayuda, expresa tus emociones. Es el momento de echar mano de esa red de personas dispuestas a ayudarte a las que no sueles pedir nada. Acostúmbrate a pedir ayuda. De hecho, tal vez propicies que ellos también te la pidan a ti y contribuirás a crearte un entorno mucho más agradable.

15- Sobre todo, piensa que la astenia otoñal es un mal transitorio, que dura unos días, a lo sumo unas semanas, y desaparece cuando nuestro cuerpo se acostumbra a las nuevas condiciones climáticas propias del otoño. Es cierto que durante estos días estamos más bajos de defensas y por tanto somos más propensos a coger infecciones, catarros y todo tipo de virus, pero hemos de tener siempre en la cabeza que es una situación absolutamente transitoria y que en pocos días regresaremos a nuestro estado anterior. Este consuelo nos permitirá sobrellevar con más entereza estos momentos del año que para mucha gente, especialmente mujeres de entre 20 y 50 años (las más afectadas por este mal), suelen ser complicados.