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Lucha contra el cáncer

Yaiza Cumelles, la joven que ha superado un cáncer terminal: "Le temía más a la rendición que a la muerte"

Yaiza Cumelles sufrió cómo le decían que no podían hacer más por ella después de años de intensa lucha contra un linfoma, pero no desistió hasta vencer el cáncer.

Cartel de supervivencia frente al cáncerPexels

Yaiza Cumelles, de 31 años, ha sufrido un duro camino en su lucha contra el cáncer, concretamente un linfoma. Como ha explicado a través de un hilo en su cuenta de X, red social anteriormente conocida como Twitter, todo comenzó entre sus 19 y 20 años, cuando empezó a notar que algo estaba mal al despertarse con "moretones gigantes" y un picor exacerbado en la piel. Esto iba acompañado de "fiebres constantes, cansancio, sudores a chorros por la noche y un sinfín de síntomas que, según mi doctora, eran ansiedad".

A pesar del diagnóstico erróneo, Yaiza no se rindió y perseveró en sus intentos de demostrar que lo que le estaba pasando no era ansiedad. Gracias a esta "odisea" para convencer a los sanitarios, consiguió que, finalmente, le realizaran una radiografía en la que le detectaron un tumor de 14 centímetros.

Este quiste, que "desplazaba el corazón y crecía dentro del pulmón", fue sometido a una biopsia que reveló el diagnóstico final: linfoma inclasificable. Los doctores ingresaron urgentemente a Yaiza y le comunicaron que tenía una "una lesión en el mediastino por linfoma".

En un primer momento, la confusión se apoderó de la paciente ya que no sabía lo que era un linfoma ni lo que conllevaba. Es más, ha declarado que se fue a casa "sin saber que tenía cáncer pero contenta de tener al fin una respuesta a lo que me pasaba".

Tras consultarlo con su hematóloga, confirmó que tenía cáncer. Sin embargo, en un principio, contaba con un muy buen pronóstico ya que "al ser joven y ser un cáncer tan agresivo, los porcentajes estaban a mi favor". Según las características de su situación, en su caso, "el 80% remitía con el tratamiento".

Comienza a complicarse la situación

Esto no fue lo que sucedió ya que, después de cinco meses de quimio, se vieron obligados a implementar un nuevo tratamiento más agresivo. Sin embargo, este tampoco funcionó, por lo que tuvo que ingresar en el hospital para un autotransplante de médula. Esta situación se alargó durante un mes en el que estuvo en "aislamiento recibiendo la quimio más potente que existe".

Después del autotrasplante y de las consiguientes sesiones de radioterapia, Yaiza se encontraba "mentalmente cansada" por lo que "el pesimismo y el miedo empezaban a ganar en la balanza". Esta situación cambió tras obtener los resultados de control: "El tumor había reducido apenas 3 centímetros".

Los momentos más difíciles

La felicidad y la "euforia" que sintió la joven fueron pasajeras ya que, tres meses después, tras otro control rutinario, descubrieron que el tumor había crecido, alcanzando los 16 centímetros y afectando a "ambos pulmones, clavícula, axilas, estómago, ingles... estaba por todas partes". En esta ocasión "era más agresivo que nunca".

"Mereces un final de vida digno"

La doctora

La gravedad de la situación hizo que hubiese que replantearse el tratamiento pasando a la inmunoterapia pero, casi dos años después de su diagnóstico, recibió una desgarradora noticia: "Hemos probado todas las opciones, no podemos hacer nada más por ti, las enfermeras son muy amables. No vas a sufrir, no tendrás dolor, te cuidarán mucho. Mereces un final de vida digno".

"Le temía más a la rendición que a la muerte"

Yaiza Cumelles]]

"Yo tenía 23 años y no quería morir, pero no eso no importaba, el final estaba escrito", explicó Yaiza, sin embargo, lejos de aceptar esta realidad, le dijo a la doctora: "No me importaba el dolor, que de sufrimiento yo sé mucho, que del miedo he hecho costumbre". Tras estas palabras, la médica comprobó que, en su caso, "le temía más a la rendición que a la muerte" por lo que decidió apuntarla a un tratamiento experimental creado en Estados Unidos que acaba de llegar un hospital en España y que todavía no había sido probado en pacientes.

"Firmé esos 18 documentos dando mi cuerpo a la ciencia en vida", esperando que el "sufrimiento no haya sido en vano". El ensayo clínico contaba con ocho integrantes y se basaba en recibir unas dosis cada tres semanas y aportar muestras biológicas "de todo tipo cada pocos días".

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A los cuatro meses después de que le diagnosticaran 3 semanas de vida, la citaron para darle una esperanzadora novedad: "No había rastro en las clavículas, en los pulmones, en las axilas, en el estómago, en las ingles. No había 16cm, había 2,5cm. No puedes seguir en el ensayo, estás en remisión. El nuevo tratamiento había sido un éxito". El tratamiento experimental logró lo que parecía imposible y ocho personas en España "no morimos en 2015".

Llega el trasplante de médula

Para lograr una remisión completa del cáncer se debía llevar a cabo un trasplante de médula. En un principio no hubo ninguna persona compatible por lo que, a pesar de haber funcionado el ensayo clínico, Yaiza se enfrentaba nuevamente a la muerte por no contar con un donante.

"He sufrido tanto y moriré porque no tengo un donante"

Yaiza Cumelles

"¿Por qué mis personas compatibles no son donantes de médula? ¿Si me conocieran lo serían? Sentí rabia, no era justo. He sufrido tanto y moriré porque no tengo un donante. No era justo", ha expresado la joven.

Aun así, después de todo el camino recorrido, no había ninguna posibilidad rendirse ahora. Los médicos le comentaron que se estaban haciendo trasplantes con "pacientes directos que no eran más que un 50% compatibles". Esta intervención era más arriesgada y solo se habían realizado cuatro por aquel entonces.

"Y así fue cómo mi hermano me salvó la vida"

Tras someterse a las pruebas necesarias, se comprobó que el hermano de Yaiza era compatible en un 50%.

"Él estuvo conmigo desde el inicio. Comenzó a compaginar sus estudios con un trabajo en turno de noche para poder mantenernos a los dos. En estos cinco años de tratamientos no ha faltado ni un día al hospital", remarcó la sobreviviente.

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Llamamiento para donar médula

Finalmente, Yaiza ha aclarado que su salvación ha sido posible gracias a "la investigación y a un trasplante de médula". Por este motivo, ha hecho un llamamiento para que haya "más investigación y más donantes", ya que "todos merecemos las mismas oportunidades".

Para poder donar de médula, la Fundación Josep Carreras informa que tienes que ser una "persona sana desde los 18 años y hasta los 60 años, siempre que no padezca ninguna enfermedad susceptible de ser trasmitida al receptor y que tampoco padezca ninguna enfermedad que pueda poner en peligro su vida por el hecho de la donación".

Sin embargo, desde el 2018, "solo se incluirán en el registro nuevos con edades entre 18 y 40 años. Esto se debe al objetivo de rejuvenecer y optimizar la composición de nuestro registro de donantes, ya que los donantes más jóvenes son los más solicitados y con los que se obtienen mejores resultados clínicos en los pacientes que se trasplantan".

¿Por qué es tan importante?

En España diagnostican cada años con leucemia a 6.400 personas. Muchas de estas necesitan un trasplante de médula ósea para poder sobrevivir y, según las estadísticas, "3 de cada 4 pacientes no tendrá un familiar compatible".

"El trasplante de médula ósea es la única esperanza para muchos afectados de leucemia y otras enfermedades de la sangre", ha informado la Fundación Josep Carreras.