Medioambiente
En el Día Mundial del Medio Ambiente, la Guardia Civil presenta los resultados de la operación 'Plásticos', que investiga el tráfico ilegal de 5700 toneladas de residuos. Además, el SEPRONA ha hecho una demostración de la lucha contra delitos medioambientales.
Ocho empresas de gestión de residuos han sido investigadas en el marco de la operación 'Plásticos' por tráfico ilegal de residuos. La Guardia Civil investiga el envío de más de 5700 toneladas de residuos a países asiáticos y africanos de manera ilegal.
Este tipo de delitos se ha incrementado en los últimos años, según ha observado la Guardia Civil, que, siguiendo las directrices de la Europol, ha puesto en marcha este dispositivo. En total, se han realizado 141 inspecciones por toda España.
Los agentes han constatado que los envíos de estos residuos se producen principalmente a través de contenedores de transporte. Durante la operación se intervinieron unas 40 toneladas en el puerto de Barcelona.
Cambio en las normativas de gestión de residuos
El aumento de esta tipología de delito se debe al cambio en las normativas de gestión de residuos, tal y como explica el teniente del SEPRONA Héctor Santed: "Hemos pasado de un modelo de economía lineal a uno circular, hoy en día se intenta que la mayoría de residuos no acaben en vertederos", lo que ha hecho que "el reciclaje de estos residuos sea más caro y, por eso, muchas empresas se dedican a enviarlas a otros países donde los procesos de gestión no tienen unos estándares climáticos tan exigentes".
Con este tráfico ilegal las empresas consiguen un doble beneficio: "Cobran el dinero que pagamos cuando compramos un producto y, además, cobran el dinero de las empresas de los otros países que compran estos residuos para reutilizarlos", continúa exponiendo el agente medioambiental.
Combatir los delitos climáticos
Aprovechando el Día Mundial del Medio Ambiente, la Guardia Civil también ha aprovechado para mostrar los medios técnicos que usa el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) para combatir los delitos climáticos.
Entre sus actividades destaca la lucha contra los delitos contra la contaminación, como controlar los vertidos y las emisiones de las empresas. También la persecución de delitos contra la biodiversidad, como el tráfico ilegal de animales, la caza furtiva o el envenenamiento de animales protegidos. También delitos sobre la salud pública relacionados con la falsificación de especies alimentarias.
También ha destacado, sobre todo ahora que se acerca el verano, la lucha contra la desertificación que hace especial hincapié en la prevención de incendios, además de ser los encargados de investigar los incendios provocados.