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Sevilla

Da a luz a su bebé en el cuarto de baño tras acudir a urgencias y enviarla de vuelta a casa: "¡Por favor, no me hagas esto!"

La mujer se puso de parto y, rápidamente, llamaron al 061. Una de sus operadoras les indicó las instrucciones necesarias para que el bebé naciese sin complicaciones. Ha ocurrido en Dos Hermanas, Sevilla.

Daniel tenía prisa por llegar al mundo. Su madre, Beatriz, se ponía de parto en el cuarto de baño de casa, en Dos Hermanas, Sevilla, sin profesionales sanitarios cerca.

Era imposible acudir al Hospital más cercano, por lo que, rápidamente, el padre del bebé contactaba con el 061 para seguir las indicaciones que, desde el otro lado del teléfono, Elena, la teleoperadora, le daba. Al mismo tiempo, los servicios de emergencias desplazaban un equipo (ambulancia y efectivos sanitarios) hasta el domicilio familiar.

"Estaba en juego la vida de nuestro hijo y éramos conscientes de ello. No es una experiencia que le recomiende a nadie. Un médico es fundamental, tuvimos suerte y, aunque estoy en postparto, puedo reírme de ciertas anécdotas, pero lloro sin remedio al pensar todo lo que podía haber pasado", explica la madre a través de su cuenta de Instagram, donde tilda de "ángel" a la teleoperadora que los atendió.

Mientras Daniel nacía rodeado de sus padres y su hermano, de tan solo 9 años, la teleoperadora y el médico que los asistían estaban preocupados. "Nos asustamos. Los padres no hablaban, el niño no lloraba... Hasta que ya el padre dijo que qué bonito era", explica Elena.

Horas antes, la familia acudía al hospital, pero allí le indicaban que el parto no sería inmediato: tenían que volver a casa hasta nuevo aviso. Un aviso que nunca se produjo.

Un parto sin problemas

Con Daniel ya en el mundo, la ambulancia desplazada hasta el hogar procedía a cortar el cordón umbilical y trasladar a madre e hijo al Hospital Universitario Virgen de Valme. Allí, los médicos indicarían que todo estaba perfecto y que, días más tarde, podrían volver tranquilos a casa.

Ahora, tras unos días relajados en casa, la familia asegura que todo ha quedado en una anécdota. "Nos quedamos con lo bueno, con celebrar la vida y la salud, y con comernos a nuestros bombones cada día".

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