Crimen Morata de Tajuña
A la espera de los resultados de la autopsia, continúa la inspección de la vivienda. Las cerraduras no estaban forzadas y en su interior se ha localizado una pistola simulada.
La Guardia Civil ha encontrado un arma simulada durante la inspección ocular de la vivienda de Morata de Tajuña, en Madrid, en la que se encontraron los cuerpos de los hermanos Pepe, Amelia y Ángela.
Durante la inspección ocular que se ha llevado a cabo esta mañana, los agentes han buscado indicios que permitan avanzar en la investigación. Uno de ellos ha sido una pistola de fogueo, cuyo origen se está investigando.
Los cuerpos de los tres hermanos fueron localizados quemados y apilados este jueves. Los agentes de Homicidios manejan, entre otras hipótesis, la de un posible ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído estos familiares con algunos conocidos.
Hacía cerca de un mes que nadie veía a ninguno de los tres hermanos. Según el relato de varios vecinos, las dos mujeres estaban siendo víctimas de una estafa amorosa en la que habían perdido miles de euros.
Al parecer, tanto Amelia como Ángeles contactaron hace años con dos militares estadounidenses a través de Facebook. Uno de ellos les aseguró que el otro habia fallecido y que necesitaba que las hermanas le ayudasen económicamente para sufragar los gastos previos a cobrar una millonaria herencia, que compartiría con ellas.
A partir de ese momento comenzó el calvario. Cada mes sacaban el dinero de su pensión y se lo enviaban a la cuenta corriente que los supuestos estafadores les solicitaban. "Se habían enamorado realmente de ellos", comentan desde el municipio madrileño.
Solicitaban sumas de hasta 18.000 euros y prometían devolver el doble una vez cobrada la herencia de un familiar suyo fallecido en Estados Unidos, algo que nunca llegó a pasar.
Con el tiempo, las hermanas comenzaron a quedarse sin dinero y pedían a sus vecinos y familiares. Cuando alguien las advertía y les decía que estaban siendo víctimas de una estafa, las hermanas cortaban todo tipo de relación con ellos. "No querían oír hablar de la palabra estafa", asegura un vecino con el que tenían mucha relación.
Los vecinos apuntan que durante los meses de verano alquilaron una habitación de su vivienda a un hombre al que acabaron debiendo cerca de 60.000 euros, quien en un momento dado agredió a una de las hermanas con un martillo.
La Guardia Civil explica que lo que hacen los ciberdelincuentes en este tipo de estafas es crear un perfil falso en redes sociales, seleccionar a sus víctimas, ganarse su confianza, hacerles creer que tienen una relación amorosa y, una vez que tienen esta confianza, les solicitan dinero con cualquier tipo de excusa.
La Guardia Civil recuerda que es esencial presentar una denuncia en caso de sospechar estar siendo víctima de cualquier tipo de estafa.
Las últimas operaciones llevadas a cabo en España relacionadas con este tipo de delito se remontan a finales del año pasado, cuando se detuvo en Pontevedra a 15 personas por estafar a otras 150, a quienes sustrajeron hasta 95.000 euros.