Cambio de hora 2024
Los españoles deberán atrasar sus relojes una hora el domingo 27 de octubre de 2024, en un contexto de creciente controversia sobre la pertinencia de esta medida, impulsada por Europa desde hace más de un siglo.
Con el final del verano a la vuelta de la esquina y los días cada vez más cortos, España se prepara para el tradicional cambio al horario de invierno. Este ajuste, que implica adelantar 60 minutos los relojes, se realizará en la madrugada del domingo 27 de octubre de 2024. A las 03:00 horas, los relojes deberán marcar las 02:00, lo que supone un regreso a jornadas con menos luz natural por la tarde, pero un amanecer ligeramente más temprano.
El cambio de hora es una costumbre instaurada en muchos países, principalmente europeos, con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar y ahorrar energía, aunque su impacto real en la factura de la luz sigue siendo debatido. Para los ciudadanos, sin embargo, esta medida suele causar molestias, especialmente en términos de alteraciones del sueño y del ritmo biológico. De hecho, estudios han sugerido que el cambio de hora podría aumentar los niveles de fatiga, afectar el rendimiento laboral y académico, e incluso incrementar el riesgo de accidentes de tráfico.
Cada año, el último fin de semana de octubre marca el paso al horario de invierno, una práctica que sigue en vigor a pesar de los intentos recientes de ponerle fin. En marzo de 2022, la Comisión Europea propuso la eliminación de los cambios de hora estacionales, una iniciativa respaldada por varios estudios que indican que el ahorro energético es mínimo y las molestias para la población son considerables. No obstante, la propuesta no prosperó debido a la falta de consenso entre los países miembros.
En España, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó en 2022 que el cambio de hora seguirá en vigor al menos hasta 2026, con las siguientes fechas ya establecidas: domingo, 27 de octubre de 2024, domingo, 26 de octubre de 2025, y domingo, 25 de octubre de 2026. Más allá de estas fechas, el debate sobre la necesidad de mantener este ajuste persiste, en un contexto donde las políticas energéticas y climáticas están en constante revisión.
El principal argumento a favor del cambio de hora ha sido, tradicionalmente, el ahorro energético. Al aprovechar mejor la luz del día, se reduciría el uso de iluminación artificial, especialmente en las tardes. Sin embargo, estudios recientes ponen en duda este ahorro. Con el uso cada vez más extendido de luces LED de bajo consumo y los cambios en los hábitos de consumo energético, el impacto real parece ser mucho menor de lo que se pensaba originalmente. Además, la introducción de tecnologías inteligentes en los hogares y oficinas podría estar mitigando cualquier beneficio que el cambio de hora solía ofrecer.
Aunque la posibilidad de que se elimine el cambio de hora no ha sido descartada, el futuro de esta medida sigue siendo incierto. Mientras tanto, los españoles deberán seguir ajustando sus relojes en octubre y marzo, con la esperanza de que en los próximos años se llegue a un acuerdo en Europa que defina si esta práctica continuará o llegará a su fin.
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