SEGÚN UN ESTUDIO FINLANDÉS
Según un estudio finlandés publicado en la revista Neurology, la clave estaría en el licopeno. Es el antioxidante que da el característico color rojo a la verdura, y en este caso, actuaría además como una esponja para absorver los radicales libres, y evitar así que se dañen las neuronas.
Esta investigación determina que las personas que viven con un mayor nivel de esta sustancia en la sangre, tienen un 55% menos de posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Los científicos aseguran que los beneficios del tomate se mantienen incluso una vez cocinado.