SEGÚN EL COLEGIO DE PSICÓLOGOS DE MADRID
"Una adicción es la pérdida de control o la incapacidad que tiene una persona para frenarse de hacer algo. A la larga, ese algo le trae consecuencias negativas". Así define este tipo de conductas el psicólogo Roberto Sanz, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid. Hablando de sexo, el especialista asegura que es muy fácil volverse adicto, pues representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad, la cual puede ser reflejo de una educación sexual enfocada hacia lo negativo.
"No hay una orientación sexual a la libertad, al placer, al disfrute, sino a evitar embarazos, a que es pecado, etcétera. Mucha gente crece con esa educación y cuando se inicia en el sexo, mezcla su ansiedad con el tabú", explica.
A eso se le suma que la publicidad y los medios de comunicación utilizan cada vez más la sensualidad como gancho para atraer audiencia y que, gracias al Internet, se tiene acceso inmediato a la pornografía. Por otra parte, la necesidad de afecto también es motivo para que las personas busquen confort en el sexo, como señala el psicoterapeuta, Fernando Botana, director del centro contra las adicciones Sinadic.
"Representa placer y genera una reducción importante de la ansiedad"
"El sexo es un contacto que por sus signos placenteros, se puede confundir con lo afectivo. La persona encuentra eso que no encuentra en la vida ordinaria", apunta Botana. Por otra parte, la necesidad de afecto también es motivo para que las personas busquen confort en el sexo, como señala el psicoterapeuta, Fernando Botana, director del centro contra las adicciones Sinadic.
Los primeros indicios
La adicción sexual se da principalmente en hombres y puede ir desde realizar llamadas a líneas eróticas constantemente en un día, hasta a buscar una prostituta cada media hora, situaciones que afectan la vida cotidiana del adicto gradualmente.
En principio, la persona lo consigue mezclar con su rutina, sin embargo, mientras más se adentra al vicio, más difícil le será realizar un balance. "Ver porno o masturbarse son actividades que en principio, se pueden hacer en 15 o 20 minutos. La persona sigue con su vida absolutamente normal, hasta que empieza a desaparecer cada vez más seguido para hacer sus cosas y entonces su vida se ve afectada", comenta el psicólogo, Roberto Sanz.