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Príncipe Harry

El príncipe Harry relata cómo intentó mitigar el dolor tras la muerte de Lady Di: consumo de alcohol, drogas y ataques de pánico

Harry ha querido compartir con el mundo el eterno dolor que sintió con la perdida de su madre, Diana de Gales. Ahora, la plataforma Apple TV, ha estrenado su documental titulado 'The Me You Can't See'.

Con tan solo 12 años Enrique de Sussex perdió a su madre. Diana de Gales, también conocida como Lady Di, falleció en un accidente de tráfico en París con 36 años. Ya han pasado 24 años pero el príncipe Harry asegura que el sufrimiento de perder a su madre y el infierno interior que supone eso, se ha quedado con él.

Ha querido compartir con el mundo el dolor que sintió. Este viernes 21 de mayo se ha estrenando el documental 'The Me You Can't See' (Lo que no ves de mi), en la plataforma Apple TV. Una obra del propio Harry junto a la mundialmente conocida Oprah Winfrey donde el pequeño de los hijos de Diana de Galas intenta explicar el dolor que padeció tras la muerte de su madre y como intentó luchar contra ese dolor.

Consumo de alcohol, drogas y ataques de pánico. Estas eran las equívocas herramientas que el duque de Sussex utilizaba para poder mitigar el dolor de la pérdida. Así lo ha relatado él en el documental donde ha confesado que "estaba dispuesto a beber, estaba dispuesto a tomar drogas, estaba dispuesto a intentar hacer las cosas que me hacían sentir menos".

El príncipe Harry añadía que "poco a poco me fui dando cuenta de que, vale, no bebía de lunes a viernes, pero probablemente me bebería el equivalente a una semana en un día, un viernes o un sábado por la noche. Y me daba cuenta de que bebía, no porque lo disfrutara, sino porque intentaba enmascarar algo".

Alcohol y drogas como tabla de salvación

A lo largo del documental, el nieto de la reina Isabel II de Inglaterra habla de su salud metal y asegura que utilizaba la bebida y los estupefacientes como salvación. Sin embargo, la bebida en exceso comenzó a pasarle factura y fue ahí cuando comenzaron a llegar los ataques de pánico. Además, ha revelado que todo ello le dejó secuelas y que se sometió a terapias para aliviar los traumas.

Ha compartido detalles de cómo fue su vida viviendo con los Windsor y ha afirmado que la vida en palacio no fue para nada fácil en su transición de la niñez a la adolescencia. El hermano del príncipe Guillermo ha compartido que "no estaba en un entorno en el que se animara a hablar de ello, eso estaba como aplastado" y ha confesado que su momento más feliz fue cuando pasó 10 años en el ejército, "porque no había un trato especial por ser miembro de la realeza".

El príncipe Harry recuerda con gran tristeza el no haber encontrado ayuda en su familia. Manifiesta que cuando intentaba pedir ayuda miembros de su familia le decían que "se aguantara" a lo que añadía que "los miembros de la familia me han dicho que simplemente siguiera y que mi vida sería más fácil, pero tengo mucho de mi madre. Me siento como si estuviera fuera del sistema, pero sigo atrapado allí. La única manera de liberarse y salir es decir la verdad".

El hijo menor de Lady Di ha entonado bien alto el tema de la salud mental, proclamando que "las personas que están heridas, comprensiblemente heridas, por su educación, su entorno, lo que les ha pasado, a lo que han estado expuestas, lo que han visto -sea lo que sea- si no te transformas, si no lo procesas, entonces acaba saliendo y de todo tipo de formas diferentes y no lo puedes controlar".

También ha hablado sobre la primera vez que asistió a terapia buscando ayuda, y ha confesado que es "una de las primeras personas en reconocer que, en primer lugar, tenía miedo a perder". "Cuatro años de terapia para una persona que nunca pensó que necesitaría o haría terapia es... eso es mucho tiempo. Tampoco estaba en un entorno en el que se animara a hablar de ello. Eso estaba como aplastado", señala el duque de Sussex.

"Si la gente me preguntaba '¿cómo estás? Yo contestaba 'bien'. Nunca feliz. Nunca triste"

Enrique de Sussex explica que "necesitaba" la terapia "para sanar del pasado", principalmente por la muerte de su madre. Ha revelado que no quiere "pensar en ella, porque si pienso en ella entonces va a surgir el hecho de que no puedo traerla de vuelta, y sólo me va a poner triste. ¿Qué sentido tiene pensar en algo triste, qué sentido tiene pensar en alguien que has perdido y que nunca vas a recuperar? Y simplemente decidí no hablar de ello. Nadie hablaba de ello", recuerda. "Si la gente me preguntaba '¿cómo estás? Yo contestaba 'bien'. Nunca feliz. Nunca triste, sólo bien. Bien era la respuesta fácil. Pero yo estaba en otro lugar mentalmente".

El miembro de la Familia Real Británica informó íntimamente de que cuando comenzó a tener obligaciones de príncipe pasaba muy malos ratos. Sobre esa parte de su vida detalla que "cada vez que me ponía un traje y una corbata y tenía que hacer el papel como si nada. Antes de salir de casa ya estaba sudando, mi ritmo cardíaco era... Estaba en modo de lucha o huida. Ataques de pánico, ansiedad severa, así que de los 28 a los 32 años fue una época de pesadilla en mi vida, enloqueciendo".

El príncipe de Sussex declara que se asustaba cuando se subía al coche y veía una cámara

El hijo del heredero al trono de Inglaterra, Carlos de Gales, ha apuntado que durante años quiso evitar la exposición pública. Alega que se asustaba cada vez que se montaba en un automóvil y veía una cámara, “Empezaba a sudar y sentía como si la temperatura de mi cuerpo fuera dos o tres grados más cálida que la de todos los demás en la habitación. Me convencía a mí mismo de que mi rostro estaba rojo brillante y, por lo tanto, todos podían ver cómo me sentía, pero nadie sabría por qué era".

Un momento clave del documental es cuando cuenta la asistencia al funeral de su madre Diana, siendo tanto él como su hermano Guillermo, pequeños. Junto a su padre Carlos, su abuelo Felipe y el conde de Spencer, los hermanos caminaban detrás del ataúd de la princesa de Gales. "Para mí, lo que más recuerdo fue el sonido de los cascos de los caballos yendo por el camino de ladrillos rojos. En ese punto, ambos estábamos en estado de shock. Era como si estuviera fuera de mi cuerpo. Simplemente estaba caminando y haciendo lo que se esperaba de mí, mostrando la décima parte de la emoción que todos los demás estaban mostrando", relata.