DESOYENDO EL MANDATO JUDICIAL
El director de Defense Distributed (DD), Cody Wilson, cuya empresa produjo la primera pistola hecha con una impresora 3D, anunció que ha comenzado a vender los planos para la fabricación de estas armas, desoyendo un mandato judicial.
Wilson alegó que la orden del juez federal del Distrito del estado de Washington, Robert Lasnik, se refiere a "la distribución gratuita de los planos" y a la forma de envío de los mismos en base a cuestiones de seguridad, no a su comercialización responsable.
"La orden nos impidió simplemente regalar las cosas, se trata solo de una autorización para poder venderlo, ya que podemos enviarlo por correo electrónico o en una memoria USB, de manera segura", explicó Wilson durante una conferencia en Austin (Texas, Estados Unidos), donde se encuentra la sede de DD.
Este joven empresario, un anarquista y libertario radical de 30 años, no dudó en desafiar a los magistrados al afirmar que "todos los que quieran estos archivos en Estados Unidos los tendrán".
Su compañía, según reveló él mismo, recibió 392 pedidos de planos de armas 3D en la hora aproximada que duró la conferencia de prensa, con ofertas "de entre 1 y 15 dólares".
La empresa no establece ningún precio para los archivos, aunque Wilson reconoció que "la publicidad generada por la pelea legal" les ha permitido recaudar 200.000 dólares en donaciones en una semana, la mitad del dinero que pretenden obtener para continuar el desarrollo del proyecto.
La orden del magistrado federal, emitida este lunes, se produce después de que el 15 de agosto el Departamento de Justicia registrara un documento apoyando el fin de la suspensión temporal de estas actividades, alegando fallos en la argumentación por parte de la coalición, de 19 estados y el Distrito de Columbia.
En medio de la controversia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, opinó que no tenía "mucho sentido" que se pudieran imprimir estos dispositivos en casa, pese a que su propio Gobierno lo había permitido. "Estoy viendo (el tema de) las armas de plástico 3D que se venden al público. Ya he hablado con la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés), ¡no parece tener mucho sentido!", escribió Trump en la red social Twitter, sin dar más detalles.
También el fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, aseguró a mediados de mes que perseguirá la producción y posesión de armas de fuego hechas con impresoras 3D, que suponen una amenaza por ser indetectables a los dispositivos de seguridad.