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Investigan la muerte de un bebé por el olvido de una inyección de vitamina en un hospital

El bebé nació prematuro a las 34 semanas y falleció siete semanas después al sufrir una hemorragia cerebral.

Imagen de archivo de la mano de un bebéPexels

Un médico forense descubrió una negligencia en la muerte de un bebé al que no se le dio una vitamina de rutina después de nacer. Los hechos ocurrieron en el Hospital Addenbrooke de Cambridge, en Reino Unido.

William Moris-Patto nació en julio de 2020, pero murió siete semanas después tras sufrir una hemorragia cerebral. La forense explicó que no habría muerto si le hubieran dado vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre.

La investigación descubrió que el pequeño nació prematuro a las 34 semanas y que su madre había preguntado si había recibido una inyección de vitamina K. "Hasta donde puede recordar, cuando preguntó si William había tenido todos los controles y cuidados posnatales necesarios, una miembro del personal dijo que sí", explicó.

El pequeño permaneció en el hospital durante dos semanas, momento en el que fue dado de alta con una sonda nasogástrica. Sin embargo, se sintió mal durante la noche y estuvo enfermo. Sus padres llamaron a emergencias, que llevaron en ambulancia a William Moris-Patto.

La forense explicó que se le realizó una cirugía, pero los médicos "creyeron que el daño a su cerebro era demasiado grande y que nunca se recuperaría". El pequeño falleció el 17 de septiembre.

Deficiencia de vitamina K

En la investigación explicó que la administración de vitamina K había sido una "parte rutinaria del cuidado del recién nacido durante muchos años". Explicó que todos los bebés nacen con una deficiencia de vitamina K y que el hecho de no administrársela a William Moris-Patto "fue tan grave que solo puede caracterizarse como grave".

"No sólo se vio agravado, sino que a todos los efectos prácticos se volvió irremediable, por la entrada errónea en su registro de admisión de que lo había tenido", dijo. "Esto fue negligencia. Negligencia que ocurrió en circunstancias en las que, de otro modo, la atención y el tratamiento brindados a William no podían ser criticados", añadió.

En conclusión, la forense dijo que "William murió por causas naturales: una deficiencia de vitamina K que provocó una hemorragia intracraneal espontánea". "A su muerte contribuyó la negligencia, ya que no le dieron vitamina K después del nacimiento y, si la hubiera recibido, no habría muerto", dijo.

En respuesta, un portavoz de la Fundación NHS de los Hospitales de la Universidad de Cambridge, dijo que aceptaba las conclusiones del forense. "Los procesos fueron, y continúan siendo, revisados ​​constantemente para garantizar que no se pueda cometer un error similar en el futuro. Si, después de una revisión adicional, el forense tiene alguna inquietud, la abordaremos", dijeron.