SE SIENTEN CENSURADAS Y PERSEGUIDAS
Cientos de mujeres han salido a las calles de Estambul para protestar contra el código de vestimenta islámico y el acoso y presiones que denuncian para que vistan de una forma más conservadora. La manifestación se ha convocado bajo la consigna "No te metas con mi ropa". Durante la marcha se han coreado consignas contra el conservadurismo y se han exhibido pantalones cortos o perchas con ejemplos de prendas consideradas "inaceptables".
"No vamos a obedecer. No nos van a hacer callar. No vamos a tener miedo. Vamos a vencer con nuestra resistencia", han coreado las participantes, entre las que había activistas LGTBI, que se han sumado a la marcha tras la prohibición de la celebración del orgullo en junio. En la marcha también han participado mujeres que protestaban por las críticas que han recibido por elegir utilizar su velo. "No te importa mi velo, mis pantalones cortos ni mi traje", rezaban varias pancartas.
Estambul está considerada como una de las ciudades más liberales de Turquía, pero la postura conservadora del Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan ha frenado el aperturismo y la concesión de derechos a las minorías. Los participantes han denunciado un incremento de las agresiones verbales y físicas contra mujeres por la ropa que llevaban.
El pasado mes de junio una joven, Asena Melisa Saglam, fue atacada por un hombre en un autobús de Estambul por llevar pantalones cortos durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. El vídeo del incidente demuestra que el hombre la golpeó ante la vista del conductor. "¿No te da vergüenza vestir así durante el Ramadán?", preguntó el agresor.
En otro incidente, Canan Kaymakci fue abroncada en Estambul por otro hombre que la acusaba de llevar ropa atrevida. El hombre le advertía de que tuviera cuidado porque estaba "provocando". Otra mujer, Aysegul Terzi, fue llamada "demonio" y recibió una patada de un hombre en un autobús público por llevar pantalones cortos. Las imágenes muestran cómo el hombre le decía que quienes llevan ese tipo de pantalones "deberían morir".
En los 15 años que lleva Erdogan en el poder se ha llegado progresivamente a tolerar las restricciones impuestas por el código islámico de vestimenta, principalmente en lo relativo al velo de las mujeres. Los gobiernos anteriores fomentaban el laicismo.