CONDENADO A PAGAR 4,9 MILLONES DE EUROS
El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha prometido que "no desfallecerá" pese a los "intentos de destrucción personal", tras la condena del que ha rebautizado como "tribunal de ajuste de cuentas" sobre el 9-N, una sentencia que ha admitido que "hace daño" pero no les da "miedo".
Mas ha comparecido en los jardines del Palau Robert, flanqueado por los exconsellers Joana Ortega, Francesc Homs e Irene Rigau, además de otros condenados por el Tribunal de Cuentas a devolver casi cinco millones de euros gastados por la Generalitat en la consulta soberanista del 9-N de 2014.
Los condenados, ha recalcado Mas, no sólo recurrirán la sentencia, sino que afrontan esta situación con "entereza, serenidad, firmeza y convicción", y no con "resignación ni desfallecimiento": "Si alguien piensa que haciéndonos daño de esta manera nos desmoralizaremos o nos hundiremos, van muy equivocados", ha advertido. "Nos hacen daño, pero no nos dan miedo", ha advertido el expresident, que ha afirmado que su "gran pecado" fue actuar "en consecuencia y con coherencia" con lo que los catalanes habían votado en las elecciones y "tirar hacia adelante".
Así, arropado también por Eduard Pujol y Eusebi Campdepedrós en representación de JxCat, ha asegurado que, pese a las consecuencias sufridas, volvería a convocar una votación como la del 9-N, porque el Govern que lideraba actuó "con convicción, coherencia y sentido democrático", convencido de que hacía "un buen servicio a la democracia y a Cataluña".
Mas ha tildado la condena de "aberración, incluso bodrio", un "abuso total de las normas" que el Tribunal de Cuentas se ha "saltado a la torera", pues se ha limitado, a su juicio, a seguir "los dictados que se hicieron" desde el Ejecutivo del PP.
Se ha preguntado, en este sentido, "qué se podía esperar" cuando la magistrada que ha redactado la sentencia ha sido Margarita Mariscal de Gante, ministra de Justicia en el primer Gobierno de José María Aznar. Ha sostenido que un proceso como el independentista tiene "daños colaterales" -entre los que ha citado esta condena o la prisión de los líderes independentistas- que son "intentos claros de destrucción personal, intentos de represión y de persecución, es decir, de venganza".