Dani Alves
El texto de acusación de la Fiscalía ofrece nuevos detalles sobre la versión de la joven sobre lo ocurrido en el reservado de la discoteca Sutton.
La Fiscalía solicitaba este jueves una pena de prisión de nueve años para Dani Alves y 150.000 euros de indemnización para la joven que presuntamente fue violada por el futbolista en un reservado de la discoteca Sutton, en Barcelona, el pasado 30 de diciembre. Además, la acusación pública solicita a la Audiencia de Barcelona que imponga diez años de libertad vigilada para el exdefensa de Pumas y que lleva en prisión provisional desde el pasado mes de enero.
En su escrito de acusación, la Fiscalía ofrece nuevos detalles sobre la versión de la joven sobre lo ocurrido el pasado 30 de diciembre de 2022 en ese local de Barcelona. En dicho escrito, se detalla que todo ocurrió en el reservado 'Moet' de la discoteca Sutton de Barcelona, donde la joven fue invitada junto a una prima y una amiga. Allí estaba Dani Alves y un amigo del futbolista brasileño.
Según recoge la Fiscalía en su escrito, las mujeres rechazaron inicialmente la invitación pero al final aceptaron, ante la "insistencia" de Alves y su amigo, y los cinco acabaron bebiendo champán, charlando y bailando.
Dani Alves, siempre según detalla el escrito fiscal, "estuvo pendiente" de la víctima todo el tiempo, "abrazándola y acercándose a ella", y en dos ocasiones le agarró la mano y se la acercó a su pene, aunque la joven la apartó rápidamente "al percatarse de sus intenciones".
Hacia las 03:20 horas, Dani Alves se encaminó a una puerta colindante -de acceso exclusivo a los clientes del reservado- e hizo un gesto a la joven para que se acercara, lo que la víctima hizo, sin saber cómo era la zona privada a la que acababa de entrar. Una vez allí, según el escrito de acusación del Ministerio Público, el defensa brasileño la introdujo en un pequeño aseo y cerró la puerta, sin dejarla salir pese a que ella se lo pidió al encontrarse en ese "cubículo". Es más, añade el escrito fiscal, "empezó a manosearla con ánimo lascivo y una clara intención de satisfacer sus deseos sexuales".
El relato que incluye el escrito de la Fiscalía explica que Dani Alves se sentó sobre la tapa del retrete y agarró por la fuerza de la cintura a la víctima, manteniendo una "actitud despectiva" hacia ella ante su resistencia: le bajó los pantalones, le tiró del pelo, la hizo caer al suelo de rodillas y le propinó varias bofetadas en la cara mientras le exigía que le dijera "soy tu putita".
"Reiteradamente", añade el Ministerio Público, la joven de 23 años pidió salir del lavabo, pero Alves se lo impidió. Al encontrarse encerrada en ese pequeño aseo y ante la "actitud violenta" que mostraba el futbolista, "se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo".
"La víctima, al encontrarse en esta situación, en ese pequeño aseo sin posibilidad de salida por impedírselo el Sr. DAS y ante la actitud violenta que éste mostraba, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo", detalla el escrito de la Fiscalía.
El escrito de la Fiscalía detalla que Dani Alves, "con ánimo libinidoso, la levantó del suelo, la colocó en el pasamanos de espadas a él y le manoseó todo el cuerpo, y trató de realizarle sexo oral sin lograrlo por la resistencia que opuso la víctima". Dani Alves la colocó "inclinada sobre el retrete, donde la penetró vaginalmente con su pene hasta eyacular dentro de ella, sin usar preservativo y sin su consentimiento".
El futbolista brasileño abandonó el aseo "inmediatamente después", dejando allí a la joven, que cuando lo hizo instantes más tarde se dirigió hacia su prima y le pidió marcharse del lugar. Camino a la salida, la joven rompió a llorar y fue atendida por personal de la discoteca, que activó el protocolo frente a agresiones sexuales.
Mientras el personal de Sutton atendía a la joven llorando, añade la Fiscalía, Alves y su acompañante abandonaron la discoteca "con rapidez", sin cruzar palabra con la víctima y su prima cuando se las cruzaron en el pasillo.
La Fiscalía sostiene que, a raíz de lo ocurrido esa noche, la joven sufre un "trastorno de estrés postraumático de intensidad globalmente elevada, con repercusión funcional y deterioro en varias áreas del funcionamiento", por el que sigue tratamiento psiquiátrico.