Real Madrid
Esta es la crónica del fichaje más largo de la historia del fútbol: casi una década de encuentros y desencuentros entre Mbappé y el Real Madrid que concluyeron este 3 de junio. Y ahora... ¿qué? Así refundará Ancelotti su once con el mejor jugador del mundo.
"Y Mbappé, ¿qué? ¿Vendrá el verano que viene?": esta quizá haya sido la pregunta más repetida por el madridismo durante la última década. El culebrón se acabó convirtiendo en una de esas series que estiran el chicle hasta la saciedad: hubo temporadas de relleno, otras con finales dramáticos, gatillazos como el de Hazard e invitados especiales como el noruego Haaland. Mbappé se acabó transformando en una suerte de Macguffin, el telón de fondo mientras otros personajes avanzaban en la trama y el club blanco se refundaba tras la trilogía continental de Zidane. Para el último capítulo se sabía todo ya.
El sueño de Kylian Mbappé, ya desde niño, era jugar en el Real Madrid. El interés fue siempre correspondido y la confluencia parecía inevitable, pero el fichaje del siglo ha tardado más de siete años en cocinarse hasta que, este lunes a las 19:28 horas, el club de Chamartín lo hacía oficial con apenas 24 palabras: "El Real Madrid C. F. y Kylian Mbappé han alcanzado un acuerdo por el que será jugador del Real Madrid las próximas cinco temporadas".
Un comunicado cortísimo para el fichaje más largo jamás contado. No habían pasado ni 48 horas de la final de Wembley: el anuncio llegaba con la decimoquinta Copa de Europa aún por colocar en las vitrinas de Valdebebas. Y es que el Real Madrid de Florentino Pérez es un club sin solución de continuidad que ya piensa en la Decimosexta y pone desde hoy los pilares para conseguirla.
A esas alturas del serial conocíamos hasta la hora del anuncio. El propio Mbappé se lo había revelado a Emmanuel Macron, personaje secundario de varios capítulos de la saga, durante su visita al lugar de concentración de la selección francesa: "Esta noche, esta noche". La expectación era tal que la web del club merengue se vino abajo minutos después del ansiado anuncio.
Mbappé, que llega como agente libre al expirar su contrato con el Paris Saint-Germain, declaró su amor en Instagram: "Un sueño hecho realidad. Muy feliz y orgulloso de formar parte del club de mis sueños, Real Madrid. Es imposible explicar lo feliz y emocionado que me siento en este momento. Estoy impaciente por veros, madridistas, y gracias por vuestro increíble apoyo. ¡Hala Madrid!".
Adjuntaba el francés cuatro fotos de su visita a Valdebebas con apenas 13 años, allá por 2012, cuando Zinedine Zidane le invitó a las instalaciones y se fotografió junto a Cristiano Ronaldo. Entonces estuvo a punto de enrolarse en La Fábrica, pero no se decidió a dar el salto a la entidad de Concha Espina al no querer abandonar su Francia natal a una edad tan temprana.
Ambos parecían destinados, antes o después, a unir sus fuerzas. Sin embargo, el camino hasta reencontrarse iba a estar lleno de rodeos. En 2017, cuando el jugador criado en Bondy abandonó el Mónaco, Florentino Pérez le ofreció sumarse a Cristiano, Bale y Benzema en la delantera. La posible falta de minutos con la BBC aún vigente le haría decantarse por el faraónico proyecto del PSG, que pagó 180 millones de euros por una cesión con compra obligatoria.
Siete años ha estado encarcelado en esa jaula de oro; siete años en los que el cortejo y la atracción mutua no han cesado. En el verano de 2021 el Madrid probó fortuna de nuevo. A Mbappé le quedaba un año de contrato y el club español mandó a Nasser Al-Khelaifi varias ofertas por el futbolista que llegaron a alcanzar los 200 millones de euros. El mandatario catarí ni se dignó a contestarlas.
Para el siguiente verano Mbappé acababa contrato y todo el mundo dio por hecho el fin de un folletín que se antojaba interminable. Sin embargo, hubo un giro copernicano de los acontecimientos y el 21 de mayo de 2022, a días de que el Madrid se jugara su decimocuarta Copa de Europa en París, se anunciaba su renovación de manera sorpresiva.
Las presiones de Macron, con los Juegos Olímpicos de París en el horizonte, así como el Mundial que se disputaría medio año después en Qatar, propietario del PSG, terminaron por doblar la voluntad de Kylian. "Este Mbappé no es mi Mbappé, le han confundido", llegó a decir Florentino Pérez entonces en 'El Chiringuito'. Si la operación estuvo a punto de descarrilar en algún momento, fue aquí.
Sin embargo, la renovación tenía letra pequeña: Al-Khelaifi le presentó con una camiseta donde se leía '2025', pero en realidad Mbappé había firmado por dos temporadas con una cláusula por una temporada extra que sólo él podía activar. Cuando el verano pasado avisó de que no lo haría, empezó la guerra con Qatar: "No podemos permitir que el mejor jugador del mundo se vaya gratis", le avisó Al-Khelaifi.
Le apartaron de la gira asiática de pretemporada y le amenazaron con no jugar este último año. Solo le readmitieron cuando renunció a la prima de fidelidad y gracias las presiones de Luis Campos y Luis Enrique. Esta vez Mbappé no daría su brazo a torcer y Florentino, con la sartén por el mango, le tentó con una oferta menos generosa que la de 2022. Todo por un sueño de infancia: Kylian dejaba atrás el mayor contrato de la historia del fútbol.
Durante estos tortuosos siete años, el madridismo ha transitado por todos los estados de cualquier relación platónica, desde el enamoramiento al odio. El contexto en este tiempo ha cambiado radicalmente: en 2021 habría llegado para liderar a un Madrid de entreguerras, llenando el vacío galáctico que dejó Cristiano Ronaldo, y ahora aterriza finalmente en el mejor equipo del mundo. El Madrid no necesita a Mbappé tanto como Mbappé necesita al Madrid.
El de Bondy será la guinda de un combinado que ha ganado las Champions de 2022 y 2024 y en el que Vinícius, Bellingham y Kroos se disputan el Balón de Oro. Solo él podía mejorar una plantilla que, no obstante, ya ha demostrado no requerirle para ganarlo todo. ¿Cómo encajará en ese vestuario? Se prejuzga su llegada, pero Mbappé es una estrella mundial con años de experiencia y en el banquillo está Carlo Ancelotti, el mejor gestor de egos posible.
En lo deportivo, el club merengue ficha una ojiva nuclear. Con espacios es letal: viene de facturar 43 goles y 10 asistencias en 47 partidos de la temporada 2023-24, su séptima edición como jugador del PSG y su novena en la Ligue 1. La gran duda es cómo resultará su maridaje arriba con Vinícius, un futbolista que, como el propio Mbappé, rinde mejor ocupando el espacio izquierdo del campo. Carletto, viejo zorro y quizá sabedor de lo que venía, ya le ha hecho transitar esta temporada el centro del ataque.
Lo habitual es que los equipos cambien su sistema cuando pierden, pero este Madrid voraz, camaleónico y ultracompetitivo se refundará tras la Decimoquinta: le obligan la marcha de Toni Kroos y la llegada de la 'tortuga'. Hace una temporada el de Reggiolo reinventó un once sin Benzema y con Bellingham: el inglés se infló a goles a falta de un 9 puro, Kroos se habituó a un nuevo ecosistema en mediocampo y Vinícius empezó a buscar más el centro.
Cuando Ancelotti regrese de sus vacaciones le tocará alumbrar un nuevo Real Madrid. Contará con una medular más física y vertical por los jugadores que tiene: Bellingham se retrasará en el campo y Vinícius y Mbappé parecen destinados a alternar sus posiciones. Esos tres son fijos... ¿Y Rodrygo? Veremos si apuesta Ancelotti por un 4-4-2 o un 4-3-3: tal vez en casa sea más ofensivo que fuera y opte por ese tridente. El caso es que Endrick también llega este verano y el italiano dispondrá de hasta ocho jugadores de área.
En fin, no hay respiro en este Real Madrid en el que los títulos se reclaman mientras se celebran. Tiene una plantilla jovencísima, ha completado una década vertiginosa ganando seis Copas de Europa desde 2014, el nuevo Santiago Bernabéu brilla con luz propia y ahora alista en sus filas al mejor jugador del mundo. Kylian Mbappé ya lo ha ganado casi todo a sus 25 años, pero aún añora la ansiada Champions League. No ha podido elegir mejor lugar para conseguirla; resulta que a esta serie aún le quedaban temporadas.
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