¡Niyazi, acorralado por Ceylin e Ilgaz, se suicida para no ir a la cárcel por haber disparado a Engin y manipular las pruebas del crimen!

Los resultados de ADN determinaron que el pelo encontrado en el guante es de Ilgaz, pero Pars está convencido de que alguien le tendió una trampa. Comienzan a investigar y llegan a la conclusión que alguien de dentro manipuló esas pruebas.

Entonces detienen a Göksu, la policía científica y compañera del laboratorio de Niyazi cuando en realidad fue él la persona que disparó a Engin, aunque Ceylin e Ilgaz todavía no lo saben, y el que manipuló las pruebas.

A Ceylin no le cuadra nada que sea Göksu ya que no cree que sea capaz de arriesgar así su carrera profesional y empieza a sospechar de… ¡Niyazi!

Por su parte, Ilgaz ata cabos y cree que alguien pudo coger un pelo de su anterior despacho para inculparlo. Después, revisan las cámaras de seguridad y… ¡descubren a Niyazi entrando en el despacho de Ilgaz!

Van a detenerlo, pero está desparecido. Entonces, Ceylin se presenta en su casa para seguirlo e Ilgaz la acompaña. Cuando Niyazi se da cuenta de que la pareja le está siguiendo por la carretera se da cuenta de que… ¡le han descubierto! ¡Ya saben que él manipuló las pruebas del laboratorio!

En una peligrosa carrera, Niyazi toma una drástica decisión. Sabe si que si Ceylin e Ilgaz saben que manipuló las pruebas… pronto descubrirán que también fue él quien disparó a Engin.

“Sabemos que has sido tú”, le grita Ilgaz mientras le pide que le diga quién le ordenó hacerlo. Entonces Niyazi le dice que no puede ir a la cárcel y se lanza contra un camión que... ¡brutalmente lo atropella!