Una Sengül irreconocible pretendía vengarse de la madre de Berk, pero su plan no le sale como esperaba

Aybike va como alma en pena por su casa. Está muy triste desde que escuchó a la madre de Berk hablando mal de su familia. ¡Les llamó pobres!

Sengül, que se da cuenta que a su hija algo le pasa, le pregunta sin parar a Oğulcan hasta que se lo cuenta. ¡La mujer de Orhan no da crédito a lo que acaba de escuchar!

Sengül, que no va a permitir que nadie se ría de su familia, decide ir a cantarle las cuarenta a la madre de Berk. Se viste con ropa de Nebahat, y como si fuese una mujer rica, se planta en el salón de belleza donde está la madre de Berk.

Se acerca a ella, pero la mujer recibe una llamada que la deja desolada. ¡Está a punto de divorciarse porque su marido le está engañando! Sengül la escucha y le da ánimos. Empatiza con su dolor y le dice que debe tener la cabeza bien alta porque ella no ha hecho nada malo y tiene que es una mujer fuerte y empoderada.

Ayla, la madre de Berk, se queda muy sorprendida y le agradece su ayuda…no sin antes pedirle su número de teléfono para volver a verse otro día. El buen corazón de Sengül que, aunque a veces parece que lo tiene escondido lo tiene, ha hecho que su plan de venganza al final no saliera como esperaba.