Bruno Fischer se queda prendado de Coral y le hace una atrevida propuesta

Bruno Fischer ha llegado a Garlo y, mientras se preparaba un café en la sala de descanso de los empleados, ha vivido un primer encuentro muy sorprendente con Coral.

La joven ha sido muy directa con él ya que pensaba que era un cliente que había tomado más confianza de la cuenta. “Si quiere un café, tómelo en la plaza. Este sitio está reservado para los empleados”, le ha dicho.

Precisamente, ese carácter tan vivo ha despertado un gran interés en el hombre, mostrándole su lado más simpático.

¿Por qué no le dijo a Coral desde el primer momento quién era y qué estaba haciendo ahí? Seguramente quería ver la reacción de la empleada y lo que ésta no esperaba es descubrir con quién estaba hablando…

Fran, al escuchar su queja, ha acudido rápido y, tras detallarle la situación, se ha disculpado. “Ha sido un malentendido, espero no haberlo ofendido”, ha lamentado.

Además, Fischer se ha interesado por la joven y le ha hecho algunas preguntas al creativo. Una cosa está clara: ¡Ha quedado maravillado con ella!

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