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Willy Valadés se divierte y lleva una vida normal después de conocerse su presunta estafa tras fingir un cáncer
El periodista dijo a sus compañeros que padecía un cáncer terminal y que necesitaba un costoso tratamiento que ellos accedieron a pagarle. Sin embargo, al parecer todo ha sido una presunta estafa y Valadés vive una vida normal.
Después de conocerse la presunta estafa que Willy Valadés cometió contra sus compañeros de la cadena COPE, a los que les pidió miles de euros para un tratamiento para la supuesta enfermedad que padecía, hemos descubierto cuál es su día a día, una vez el juez ya lo ha citado como presunto autor.
El periodista lleva una vida aparentemente normal y en 'Y ahora Sonsoles' lo hemos localizado mientras esperaba el metro. Iba de pie, y tampoco se ha sentado durante las cuatro paradas que dura el trayecto.
Valadés consulta su teléfono, ajeno a lo que ocurre alrededor y, una vez llega a su destino, espera pacientemente durante un par de minutos a su cita.
Está en la puerta de un edificio, lugar al que llega una mujer y se marchan juntos a pasear. Se le ve tranquilo, relajado e incluso sonriendo junto a su acompañante.
El paseo dura unos 15 minutos, hasta que entran en un conocido bar de copas en el que Willy Valadés continua de pie, después de no haber descansado desde que lo localizamos en el metro.
El periodista todavía vive con su madre y no ha admitido haber mentido sobre el cáncer, aún cuando el juez ha recibido dos documentos que demuestran la presunta estafa.
La estafa de Willy Valadés
Guillermo Valadés, ‘Willy’, ha sido acusado de estafar a sus compañeros de trabajo y amigos después de asegurar que tenía un tumor cerebral con metástasis en la espalda para el que necesitaba un costoso tratamiento en una clínica navarra.
Sus compañeros de trabajo, con un dinero de un fondo de contingencia de la productora de la emisora, le estaban financiando el supuesto tratamiento.
Y es que el íntimo amigo de Paco González aseguró que les contó que su enfermedad solo podía tratarse con este caro tratamiento, de 10 mil euros, al que él no podía hacer frente, y que pasaron a ser 16 mil al no ser suficiente.
Durante el proceso, el periodista mandaba mensajes en los que le contaba a sus compañeros detalladamente cuál era la evolución, pero nunca dejaba que ellos le acompañasen.
La estafa se descubrió cuando sus compañeros preguntaron en la clínica cómo se encontraba, pero no había registros de él. Posteriormente, tuvieron una reunión en la que se enfadó porque sus compañeros no creían sus explicaciones y desapareció.
En 'Y ahora Sonsoles' lo localizamos en exclusiva saliendo de su casa, a lo que reaccionó mirando el móvil y echando a correr.
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