El equipo de Jalis de la Serna es testigo de cómo la policía llega hasta los dos primeros cadáveres del día en San Pedro Sula, en Honduras. Se trata de dos jóvenes de entre 20 y 25 años. Cerca del lugar conocen a José Félix, un español que se gana la vida enseñando técnicas militares para formar a los equipos de seguridad.