MOMENTO WC
Tanto la frecuencia como la cantidad y la calidad de nuestros excrementos dice mucho de nuestra salud. ¿Te has parado a comprobar si los tuyos se hunden? Te contamos los motivos.
Pese a que se nos ha dicho mucho que lo ideal es ir al baño a diario, lo cierto es que, siempre que no nos ocasione molestias, es tan saludable ir una vez cada dos o tres días si se sigue una pauta regular como hacerlo varias veces al día. Si las heces tienen una forma regular, son de un color marrón tirando a claro y, preferiblemente, con forma de salchicha blanda, significa que tanto nuestra dieta como nuestros hábitos son correctos y, por tanto, tenemos un tránsito intestinal adecuado. Cualquier cambio de textura, frecuencia o color puede indicar un déficit en la dieta o unos hábitos incorrectos (una mala higiene de sueño o una vida sedentaria), de manera que conviene estar atentas a cualquier cambio para poner solución cuanto antes.
Otra muestra de una buena salud intestinal es que las heces se vayan hundiendo lentamente, pues es señal de una buena digestión de las grasas.
Si, por el contrario, las heces flotan, puede deberse a un cambio transitorio en el patrón de alimentación (viajes, celebraciones…), que acabe cuando volvamos a nuestra rutina habitual, de modo que en principio no debemos preocuparnos. Esto puede ocurrir fundamentalmente por dos motivos: las heces flotan cuando hay un exceso de gases o cuando se produce una absorción insuficiente de los nutrientes. En ambos casos, suelen ser afecciones que desaparecen por sí solas en cuanto eliminamos el consumo de gases de la dieta –desde bebidas gaseosas a chicles, alimentos excesivamente azucarados o algunas verduras, como las crucíferas– o en cuanto volvemos a unos hábitos saludables.
La escasa absorción de nutrientes se produce cuando las heces pasan muy rápido por el tracto intestinal, cosa que ocurre en ocasiones por la presencia de virus o bacterias y son infecciones que en líneas generales ceden sin tratamiento. Si el cuadro persiste, es conveniente consultar con un profesional, ya que puede tratarse de una alergia o intolerancia a algún alimento.
Si además de flotar, las heces se adhieren a la tapa del inodoro y son ligeramente brillantes (un brillo aceitoso), estamos ante una incorrecta digestión de las grasas, que probablemente se deba a un consumo excesivo. Es conveniente recordar que las grasas, pese a haber sido demonizadas durante muchos años, son un nutriente fundamental en la dieta, que debemos consumir a diario para un correcto funcionamiento del organismo. Para ello, lo mejor es apostar por los ácidos grasos poliinsaturados presentes en alimentos como los frutos secos, el aguacate, los pescados grasos como el salmón y el aceite de oliva. Si desplazamos el consumo de grasas de mala calidad, que encontramos sobre todo en los ultraprocesados, precocinados y carnes procesadas como embutidos y salchichas, es probable que nuestras heces dejen de flotar y vuelvan a su comportamiento habitual.
Si las heces flotantes se alargan durante dos semanas y van acompañadas de otros síntomas como malas digestiones, náuseas, mareos o dolor de cabeza lo mejor es ir al médico para descartar cualquier enfermedad.
Cuando los excrementos se hunden de inmediato, se puede deber a varios motivos: no estamos bebiendo suficiente agua o no se está consumiendo suficiente fibra. Por tanto, las heces que se hunden completamente muy rápido pueden estar demasiado compactadas por retención, falta de humedad o porque contienen minerales sin digerir. Incorporar más agua a la dieta y priorizar el consumo de vegetales y hortalizas, que aportan fibra, así como de alimentos integrales, nos ayudará a que nuestras heces se hundan de forma progresiva, un signo de buena salud intestinal. También es habitual, y por tanto no debería preocuparnos, que en unas heces normales unas se hundan y otras floten.
Si flotan por completo y el cuadro persiste, es importante consultar con un profesional y, sobre todo, no confiar en Google para conocer la causa de nuestra afección: ya sabemos lo que encontraremos y el estrés no va a ayudar en nada a la buena salud intestinal. En cualquier caso, practicar ejercicio físico con regularidad, tanto cardiovascular como tonificación o estiramiento, nos ayudará a mejorar el tránsito intestinal y a normalizar la frecuencia y textura de nuestras deposiciones.