GINECOLOGÍA
¿Qué es la torsión ovárica? Aunque nunca hayas oído hablar de ella, puede afectar a mujeres de cualquier edad, y es especialmente común entre los 20 y los 30. El gran problema es que sus síntomas se parecen mucho a otras dolencias ginecológicas y eso retrasa el diagnóstico.
Cuando hablamos de dolores ginecológicos intensos, tendemos a pensar en reglas dolorosas, endometriosis o quistes. Pero hay una dolencia menos conocida, potencialmente grave y más común de lo que creemos: la torsión ovárica. Puede afectar a cualquier mujer, incluso en la postmenopausia, pero es más frecuente entre los 20 y los 30 años y en quienes hacen deporte de forma intensiva. Lo peor es que, si no se trata a tiempo, puede acabar con la pérdida del ovario.
Imagina que el ovario se gira sobre sí mismo. Literalmente. Ese giro (completo o parcial) puede interrumpir el flujo de sangre, porque aplasta los vasos sanguíneos que lo alimentan. Según explican desde la clínica Dexeus Mujer, a consecuencia de esta mala circulación, el tejido se inflama y, si no se interviene rápido, puede dañarse de forma irreversible. A veces, esto también afecta a la trompa de Falopio, yentonces se le llama torsión anexial.
Sea una torsión ovárica o anexial, la buena noticia es que si se detecta a tiempo, se puede solucionar sin secuelas mediante una laparoscopia. Pero, como suele pasar con muchas dolencias femeninas, el problema está en llegar a tiempo.
El principal síntoma es el dolor pélvico (presente en el 90 % de los casos). Tal como indica el centro especializado, puede ir de moderado a muy intenso y no siempre está bien localizado: a veces duele hacia la ingle, la espalda o el costado. También pueden aparecer náuseas (en hasta un 70 % de los casos) y fiebre. Y lo más frustrante: ese dolor puede ser intermitente o poco claro, lo que lleva a confundirlo con otras patologías como una apendicitis, la ruptura de un quiste o incluso un embarazo ectópico.
Cuando una mujer llega a urgencias con dolor pélvico intenso, lo primero es hacer una ecografía transvaginal. Si el ovario está agrandado o hay una masa ovárica sospechosa, se estudia el flujo sanguíneo con una ecografía Doppler (utiliza ondas sonoras para mostrar cómo circula la sangre) a color. Si este flujo está alterado, se confirma la sospecha de torsión.
El siguiente paso es quirúrgico. Se realiza una laparoscopia bajo anestesia general: pequeñas incisiones en el abdomen para deshacer el giro y restaurar la irrigación del ovario. En muchos casos, si la causa es un quiste, se puede extirpar sin afectar la función ovárica.
Pero si el ovario está muy dañado o no se recupera, hay que extirparlo, junto con la trompa. Y aunque la idea de perder un ovario pueda sonar alarmante, la realidad es que tener solo uno no reduce tus probabilidades de quedarte embarazada.
Como cuenta en el blog de Dexeus Mujer la Dra. Mireia Arenas, directamente, no. Una mujer con un solo ovario puede quedarse embarazada sin problema. Lo que sí puede influir son las causas que provocaron la torsión: quistes, adherencias o patologías como la endometriosis.
Por eso, ante cualquier dolor sospechoso, no hay que esperar: hay que acudir a un centro especializado.