ANSIEDAD
Las personas con ansiedad o adictas al trabajo con períodos de estrés elevados son más propensas a sufrir stresslaxing, que es la incapacidad para disfrutar del descanso. Novamás te cuenta cuáles son los síntomas y qué puedes hacer para evitarlo.
No falla. Es querer empezar a relajarse tras un día estresante y, en el momento en el que estás más a gusto, de repente te sobreviene una sensación de desasosiego. Y te preguntas: "¿cómo es posible que me sienta tan inquieta si ahora no estoy haciendo nada? ¡Si se supone que tendría que estar relajada!"
¿Te ha pasado? Tranquila, no eres la única. Se llama stresslaxing y es más común de lo que te imaginas. El nombre con el que se le ha bautizado es nuevo, pero este fenómeno es de sobras conocido por la comunidad científica y por la mayoría de las personas que sufrimos ansiedad.
De hecho, según un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Psicología, entre el 30% y el 50% de las personas acaban por sufrir stresslaxing cuando quieren relajarse. En Novamás te contamos las claves para entender este fenómeno y aprender a identificar sus síntomas.
¿Qué es el stresslaxing?
De la unión de las palabras inglesas "stress" y "relaxing", nace el concepto destresslaxing, que hace referencia a la sensación de malestar que sentimos algunas personas cuando intentamos relajarnos. En realidad, es la incapacidad para disfrutar del descanso en una sociedad hiperestimulada.
Y es que, desgraciadamente, para muchos, el estar sin hacer nada, relajados, es sinónimo de perder el tiempo y, al final, nos encontramos haciendo malabares entre la necesidad patológica de ser productivos y el profundo cansancio que arrastramos de las dinámicas del día a día.
A veces, esta situación resulta muy angustiante porque parece sobrevenirnos "de la nada", en un momento en el que deberíamos estar tranquilas, como antes de irnos a dormir, y en nuestro cuerpo se empiezan a activar alarmas, como si estuviésemos en peligro. Pero no es así.
¿Qué sintomatología presenta el stresslaxing?
En los casos más acuciantes, el stresslaxing puede llegar a experimentarse como una sensación de inquietud, desasosiego o angustia, que puede ir acompañada de insomnio, palpitaciones, dificultad para respirar en momentos puntuales, agobio o mareo, presión en el pecho o en la boca del estómago, entre otras.
Pero, en general, se podría definir como ese "runrún" constante en el cerebro que te impide estar presente y disfrutar de una situación que debería ser distendida.
Por ejemplo, en una quedada con amigas, tu mente se evade completamente de la conversación porque te está recordando todas las tareas que aún tienes pendientes de hacer (recoger la chaqueta del tinte, hacer la compra, acompañar a un familiar al médico, etcétera). Esta sensación se incrementa exponencialmente si eres mujer, por la carga mental que debemos soportar debido al reparto desigual de las tareas domésticas.
A veces también se manifiesta en forma de culpa cuando, por ejemplo, decidimos dedicarnos un rato al autocuidado o a pasar tiempo de calidad con nosotras mismas, quizá leyendo, tomando un baño relajante o simplemente estando en el sofá mirando las musarañas. Es como si nuestro cerebro no pudiese concebir el hecho de no estar siendo productivas en todo momento.
A este malestar se le puede añadir la paranoia de "estar perdiéndote algo". Es decir, el miedo a perder oportunidades de interacción social (porque elegir qué hacer implica inevitablemente excluir otras opciones y esto puede llevar a experimentar una gran ansiedad). Pero esta presión se siente como algo real.
Por ejemplo, al tener que estar siempre al día de todas las series y películas del momento. O el no poder dejar pasar la oportunidad de llenar todas las horas libres yendo a los últimos eventos de turno, como conciertos, exposiciones, charlas… Lo que sea con tal de no sentir el "vacío" que provoca el creer que no has "hecho nada" en todo el finde.
A veces, el stresslaxing se presenta como una sensación de falta de control. Como cuando intentas preparar un viaje que te hace muchísima ilusión, pero sientes que la planificación de todos los detalles te abruma y te supera. Por eso no es casualidad que muchas personas que sufren esta condición enfermen justo antes del viaje o se encuentren mal antes de llevar a cabo un plan de ocio que llevaban tiempo preparando.
¿Cómo evitar el stresslaxing?
Es importante entender que el stresslaxing no es la causa de que nos sintamos así, sino un síntoma de que hay "algo más"que debemos trabajar. Es decir, las personas que sufren un trastorno de ansiedad, las adictas al trabajo con períodos de estrés elevado, las que tienen un problema con el control o las que les cueste tomar decisiones, entre otras, son mucho más propensas a sufrir este fenómeno.
Hay que ir a la raíz de la causa por la cual puede que, a largo plazo, por mucho que se pongan en marcha distintas tácticas para aprender a relajarnos, quizá lo que necesitemos es dejar ese trabajo que nos genera tanto estrés o apartarnos de la relación que nos está elevando los niveles de ansiedad o trabajar en traumas más profundos, etcétera.
Mientras tanto, los expertos aconsejan que, si nos sobreviene esta sensación de desasosiego cuando intentamos relajarnos, tratemos de buscar actividades de ocio un poco más "explosivas", que nos "den caña", por así decirlo. Por ejemplo, practicar ejercicio intenso y energético o dedicarte a hobbies creativos que impliquen exteriorizar emociones. Todo ello tendrá un efecto fuertemente relajante.