POR HIGIENE
Sabemos que habitualmente los productos de un solo uso no son recomendables para el planeta. ¿Pero qué pasa con los pañuelos de papel para sonarse? ¿Es higiénico usar pañuelos de tela?
Recuerdo cuando mi abuelo llevaba su pañuelo en la solapa con las iniciales bordadas. Seguro que también recordáis eso con cariño… hasta que lo sacaba para limpiarte los moquetes y se lo volvía a guardar. Esos moquetes tuyos en la solapa de tu abuelo. Hoy en día las cosas han cambiado, pero ¿es mejor seguir conservando el pañuelo de tela o el de papel?
Analicemos esto desde varios puntos de vista. El primero de ellos, el higiénico.
El pañuelo de tela es, inevitablemente, un vector de transmisión de microorganismos. Por no hablar de que esos pañuelos, una vez usados, vuelven a bolsillos o chaquetas que volveremos a usar cuando sea necesario. Algunos virus, como el de la gripe, pueden "esperar" hasta 24 horas (dependiendo de las condiciones) en esos pañuelos de tela.
Es decir, desde el punto de vista de la higiene no es lo más indicado. En el caso de los pañuelos de papel, una vez se han usado, se deben tirar. Por eso los llaman "de un solo uso". Aunque tú te lo vuelvas a meter en el bolsillo, no es lo más apropiado. Más que nada porque el objetivo, desde el punto de vista higiénico, es que eliminemos los gérmenes para evitar la transmisión.
En esta época en la que es imprescindible ser consciente del impacto medioambiental de todo lo que utilizamos, la necesidad de reducir, reutilizar y reciclar, tenemos que valorar el impacto de ambos. Los pañuelos de tela tienen un impacto medioambiental también en la fabricación que no se puede olvidar. La huella de carbono implica tanto la fabricación como la transformación y el transporte. Si hablamos de la reutilización, está claro que un pañuelo de tela se reutiliza más veces que uno que no se reutiliza ninguna. Aunque también es cierto que, si lo laváramos después de cada uso (como la higiene manda), también deberíamos considerar el agua y el jabón, potencial contaminante, que hay que emplear.
Los pañuelos de tela, tanto por el material como por los tintes y los detergentes utilizados, pueden irritar la piel, aunque es cierto que con algunos resfriados y usamos una y otra vez los de papel, también puede ocurrir lo mismo. En este aspecto, la piel de cada persona tolerará unos mejor que otros.
Valorando la información que tenemos, desde el punto de vista higiénico, que en el fondo es el objetivo último del pañuelo, en caso de resfriado deberíamos emplear pañuelos de papel de un solo uso. Eso sí, usándolos correctamente, si son de usar y tirar es porque depositaremos nuestros gérmenes en ellos. Y de ahí, a la basura.
Quizá, el caso de la alergia podría ser una excepción porque sí tenemos secreciones nasales, pero no repletitas de virus. En ese caso, podríamos optar por el pañuelo de tela siempre y cuando lo conserváramos en una funda para no humedecer el resto de material con el que esté en contacto. Pero eso ya será a elección de la tolerancia de cada uno a guardar ese pañuelo húmedo. Quizá por eso los pañuelos de tela han ido desapareciendo en favor de los de papel.
Lo que debemos tener claro, es que, en el caso de resfriados, evitemos compartir gérmenes y utilicemos un pañuelo de tela que después desecharemos, siempre sin olvidar lavarnos las manos posteriormente.