RELACIONES
Si te ha pasado alguna vez que, aunque sabes que alguien no es bueno para ti, no puedes evitar sentir atracción por esa persona, este artículo es para ti. En la consulta vemos muchos casos de este tipo.
Fijarnos y sentir atracción por una persona que no nos conviene es un fenómeno más común de lo que parece y tiene raíces profundas en nuestro sistema emocional y en nuestras experiencias tempranas de apego.
Cuando hablamos de personas que no nos convienen, solemos referirnos a relaciones marcadas por la inestabilidad emocional, la indiferencia o la falta de compromiso. Curiosamente, estas dinámicas no alejan a todo el mundo: algunas personas se sienten intensamente atraídas por ellas.
El apego ansioso-ambivalente es un patrón afectivo que se desarrolla en la infancia y que tiene las siguientes características:
Las personas con este estilo de apego pueden confundir la intensidad emocional con amor verdadero, y sentirse "enganchadas" precisamente a quienes les generan mayor incertidumbre.
La atracción hacia personas emocionalmente inaccesibles o incluso dañinas puede estar motivada por varias razones psicológicas:
Refuerzos intermitentes: cuando la atención o el afecto llegan de forma impredecible, nuestro cerebro lo interpreta como un reto y se activa el sistema de recompensa. Esto genera una adicción emocional similar a la del juego o las redes sociales.
Patrones conocidos: si crecimos con figuras de apego inconsistentes, el caos emocional puede resultarnos familiar. Sin darnos cuenta, buscamos reproducir lo que ya conocemos, aunque nos haga daño.
Necesidad de validación: intentar conquistar a alguien que no nos quiere puede ser un intento inconsciente de demostrar que somos "dignos de amor".
Clara, de 34 años, sabe que su pareja no la trata bien: él evita comprometerse, desaparece durante días y la critica con frecuencia. Sin embargo, cuando él le envía un mensaje o le propone un plan, Clara siente un subidón de adrenalina y esperanza. No es capaz de romper la relación con su pareja porque en el fondo, espera que él cambie y, al hacerlo, le confirme que ella vale la pena.
Este tipo de relaciones generan una dependencia emocional que se alimenta del deseo de reparación, no del amor sano.
Reconocer el patrón es el primer paso. Posteriormente, lo más recomendable es acudir a terapia donde trabajarás entre otras cosas lo siguiente:
Sentir atracción por personas que no nos convienen no es una debilidad, sino un síntoma de heridas emocionales no resueltas. El apego ansioso y la dependencia emocional nos empujan a confundir amor con ansiedad, y conexión con caos. Sin embargo, el verdadero amor se construye desde la estabilidad, el respeto mutuo y la paz emocional.
Sanar no significa dejar de amar, sino empezar a elegir desde el amor propio. Porque cuando uno se siente seguro dentro de sí mismo, deja de conformarse con relaciones que duelen. Si este artículo te hizo pensar en tu situación, puede ser un buen momento para empezar a trabajar en ti.