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Por qué hay que parar de hacer ejercicio en verano

Existe una creencia sobre lo negativo que es parar temporalmente los entrenamientos, pero lo cierto es que es muy saludable y hay que parar para favorecer la recuperación. Lo más recomendable es parar, pero mantenerte activo con otras actividades.

Mujer descansando durante un entrenamientoPexels

Los hábitos saludables incluyen mantenerse activos: practicar ejercicio físico durante todo el año y llevar una alimentación adecuada formarían parte de la recomendación.

Sin embargo, descansar cada cierto tiempo es fundamental. En el ámbito del entrenamiento no sirve el consejo "cuanto más, mejor", porque de hecho puede provocar el efecto contrario a lo que esperamos. Por muy motivado/a que estés, es necesario parar.

¿Por qué tenemos que parar de hacer deporte en verano?

Los motivos más destacados para dejar de hacer ejercicio en esta época son:

1. Motivación

Por mucho que nos guste, el ejercicio físico supone un esfuerzo y nos quita un tiempo que podríamos dedicar a otras tareas.

Durante la mayor parte del año podemos tenerlo bien asentado en nuestra rutina, pero durante las vacaciones existen muchas otras actividades que pueden apetecernos más que entrenar. Ese esfuerzo extra para no abandonar el hábito puede mermar nuestra motivación y provocar el abandono a la vuelta.

Las vacaciones tienen que servir para desconectar. No solo del trabajo o de los estudios, sino también de entrenar y de las rutinas semanales. Durante al menos unos días, opta por otras actividades y retoma la vuelta con energía.

2. Seguir mejorando

Responde a esta pregunta: ¿Puedes realizar durante varias horas seguidas el entrenamiento que más te gusta sin descansar?

Por ejemplo, si tu actividad preferida es el spinning, no puedes estar 4 horas seguidas sin descansar manteniendo el mismo nivel. Además, a medida que van pasando esas horas te encontrarás más fatigado y, en consecuencia, bajará el rendimiento hasta incluso no poder dar ni una pedalada más. Esto es, con otros plazos de tiempo, lo que le ocurre a tu cuerpo si no descansas.

Necesitamos planificar el entrenamiento teniendo en cuenta que en cada semana:

- Volumen: No entrenamos el mismo número de días ni el mismo tiempo.

- Intensidad: Unas semanas entrenamos con más intensidad y otras más relajados.

- Recuperación: Cada cierto tiempo hay que destinar una o varias semanas a recuperar.

Esto puede significar entrenar mucho más suave, cambiar de actividad o parar completamente.

Si no tenemos en cuenta la recuperación, el cuerpo pierde la capacidad de mejorar la forma física e incluso puede empezar a retroceder.

Recuerda el ejemplo del spinning: cuando lleves 3 horas sobre la bicicleta, el rendimiento va a ser peor que en la primera hora. Esa falta de recuperación puede provocar un sobreentrenamiento, que además de poder provocarte una lesión, obliga a parar toda actividad durante varias semanas.

Por lo tanto, a lo largo del año tenemos que planificar varios periodos en los que reducir la actividad para facilitar la recuperación.

El verano es una buena oportunidad, porque además se abre un abanico de opciones ociosas para realizar. Incluso estas nuevas opciones pueden ser también actividades físicas: pádel surf, bicicleta, senderismo... Lo importante es que cambie por completo la rutina de actividad y que permita a nuestro cuerpo una recuperación.

¿Es bueno parar completamente los entrenamientos?

No hacer nada de ejercicio también es recomendable de vez en cuando, porque vas a conseguir una recuperación completa. Eso sí: ten en cuenta que hacerlo más de 2 semanas reduce de forma progresiva las mejoras conseguidas.

Un parón absoluto de actividad no sería recomendable más de ese tiempo.

Si estás acostumbrado a hacer ejercicio, vas a notar a tu vuelta que has perdido ligeramente lo conseguido, pero rápidamente vas a regresar a tu punto de partida y, lo que es mejor, en poco tiempo será mejor que meses atrás.

De este modo conseguimos nuestros objetivos:

- Desconectar y disfrutar del verano.

- Mantener nuestra forma física.

- Volver al ejercicio con motivación y energía.

Aún así, mi consejo es no pasar al sedentarismo las semanas de vacaciones. Aunque no hagas ejercicio físico, puedes mantenerte activo/a con actividades tan sencillas como caminar. Es la forma de prevenir una pérdida de forma.

¿Cuándo es mejor empezar a hacer ejercicio?

¿Y si no hacíamos ejercicio antes de las vacaciones? Entonces sí, empieza ya y no dejes pasar más tiempo.

Con las vacaciones y un mayor número de horas libres, alcanzamos el momento ideal para estar más activos y practicar actividades que nos gusten. Tu cuerpo y tu mente van a agradecer esos nuevos estímulos y van a ser un gran motivador de cara a empezar a hacer ejercicio físico.

Eso sí, no hay que volverse locos y pasar de 0 a 100. Comienza con actividades que simplemente incrementen tu actividad habitual y te hagan disfrutar.