ACTIVIDAD FÍSICA EN INVIERNO
Con la ilusión de estar en la nieve y la emoción de esquiar, a menudo llegan las lesiones que se podían haber evitado. Sigue estas recomendaciones de un experto deportivo para disfrutar del deporte en la nieve sin correr riesgos.
El mes de enero viene cargado de nieve y las ganas de esquiar son cada vez mayores. ¿Estás pensando en una escapada? Para disfrutar de un gran día sin lesiones, hay varios aspectos que no deberías perder de vista.
Es ponerse los esquís y sentir ya esa gran sensación de libertad. Pero cuidado con la motivación, y no pretendas empezar por la pista más difícil. En primer lugar, es imprescindible calentar. Cuesta, porque estás deseando descender sobre los esquís, pero el calentamiento va a permitir que puedas disfrutar sin imprevistos. Antes incluso de ponértelos, realiza movilidad articular y algún ejercicio de pierna y abdomen.
Una vez con las botas puestas, empieza el día de forma progresiva. Si tu límite son las pistas de color rojo, no te aventures con este nivel al principio. Esquía por alguna pista verde y varias azules para adaptar el cuerpo al tipo de ejercicio.
Está muy bien ponerse retos y querer progresar, pero en la montaña y con la nieve hay que tener mucha precaución.
No saltes de nivel si no tienes bien afianzado el escalón previo, porque el salto de uno a otro puede ser abismal. De hecho, cuando pases al siguiente, busca aquellas pistas que sean más sencillas dentro de ese nivel.
Para guiarte, las pistas más anchas y con menos pendiente son más sencillas. Por ejemplo, si tu siguiente nivel son las pistas de color rojo, elige aquellas con mayor ancho de pista y una menor pendiente. Esto te ofrecerá mayor rango para esquiar y hacer los giros con seguridad. Por eso las pistas de color negro, las más difíciles, son muy estrechas y empinadas.
Sin nieve no se puede esquiar, y con hielo tampoco. Busca las pistas con mayor calidad de nieve. Si en alguna zona hay hielo, intenta evitarlo porque los esquís no agarran.
En el caso de que tengas experiencia ya sabrás lidiar con esas pequeñas zonas resbaladizas, pero siempre es preferible saltárnoslas. El hielo reduce siempre el control de la situación.
Las estaciones de esquí adecúan las diferentes pistas para que sean óptimas para su uso, tanto para el esquí como para el snowboard. Toda la nieve que está fuera de estas zonas puede ser muy tentadora, porque está más virgen. Sin embargo, fuera de pista no tenemos controlados los elementos que nos pueden provocar un accidente: no sabemos si hay rocas, árboles, arbustos, agujeros, etc.
De hecho, al ser nieve más blanda y, en ocasiones, acumulada, es probable que los esquís se queden enganchados y te caigas.
El esquí es un deporte con incertidumbre, es decir, tenemos un espacio con elementos que no controlamos como a otros esquiadores. Asegúrate de llevar un trazado en el que no atropelles a nadie y en el que puedas bajar con seguridad. Gran parte de los accidentes en las estaciones de esquí son los choques entre usuarios; y un choque contra alguien a velocidad puede provocar lesiones importantes, como por ejemplo fracturas.
Del mismo modo que es necesario calentar, hay que parar o bajar el ritmo a medida que estamos más cansados. El esquí es un deporte con una alta demanda de los músculos de la pierna.
Los tobillos y las rodillas también realizan un gran esfuerzo. Cuando los músculos y los ligamentos están fatigados, no responden o responden peor, se eleva el riesgo de accidente y de lesión.
Es necesario realizar descansos periódicamente y aumentar la precaución a medida que pasan las horas de esquí. Una buena parte de los accidentes se producen al final del día por la fatiga muscular y articular.
El entrenamiento es la base para disfrutar del esquí. Si no realizas ningún tipo de ejercicio físico, la probabilidad de lesión sobre la nieve es alta.
Un día esquiando son muchas horas de ejercicio, difíciles de soportar en el caso de no estar preparado para ello.
Entrena, por lo tanto, incidiendo en el fortalecimiento de miembro inferior y abdomen. Te darán la base para una buena estabilidad y para evitar un exceso de carga en las articulaciones. Además, un cuerpo fuerte y entrenado resiste mucho mejor cualquier tipo de imprevisto o accidente.