ITS

Cómo afecta a la vida sexual tener un herpes

Normalizar y entender lo que supone tener un herpes genital puede ayudar a que las personas que lo tienen vivan sus encuentros de forma satisfactoria.

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Todavía hoy hay personas que creen que el herpes genital es letal, en parte por culpa de la sobreinformación y por cómo se ha tratado en prensa el tema, pero sobre todo, por la falta de educación que hay sobre las ITS.

Lo que está claro es que hay muchos tipos de herpes y que el estigma social que existe en relación a la idea de una persona que lo tiene parece que no ha cambiado. Puede ir desde pensar que es una persona promiscua a que directamente eres una prostituta, en el caso de que sea una mujer. Idea que nos gustaría romper.

Así que lo correcto sería empezar por explicar que el herpes es una de las ITS más comunes y que se encuentra entre una de las afecciones médicas más fácil de tratar. Según datos de la OMS, alrededor de 491 millones de personas en el mundo de entre 15 y 49 años viven con VHS-2, es decir, el herpes que afecta a los genitales y que se trasmite sexualmente.

Y alrededor de dos tercios de la población mundial está afectada por el VHS-1, que es el herpes típico que nos sale en los labios o dentro de la boca y que también se puede trasmitir a través del sexo oral.

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¿Cuándo se trasmite y cómo tratarlo?

Cualquiera de los dos virus causa problemas graves solo en casos muy raros. Y aunque no puede eliminarse, sí se puede tratar y tener una vida sexual plena. El herpes genital solo se trasmite cuando tienes un brote y mantienes contacto físico directo y existen varios medicamentos antivirales para reducir la diseminación viral. Uno de los más conocidos es el Valtrex, un medicamento que se toma a diario para reducir el número y la gravedad de los brotes, así como la transmisibilidad.

¿Qué cambia en el sexo cuando tienes herpes?

Lo que más cambia es la forma en la que decides tener el encuentro por ambas partes, sobre todo por lo comentado con anterioridad. La desinformación hace que las personas que lo tienen se vean “obligadas” a detallar a sus amantes lo que es y cómo se trasmite o no se trasmite.

Eso sin contar con que lo más difícil es lidiar con la posible reacción de la persona que no lo tiene. Que puede ir desde la aceptación y normalización de la situación a dejar un amargo recuerdo de esa experiencia huyendo del propio encuentro.

De hecho, el estigma social asociado con el herpes puede llegar a causar estrés y ansiedad a las personas que lo tienen, viéndose afectada toda su vida erótica y girando todo en torno a esto. Porque estas personas creen que no pueden llegar a tener una vida sexual normal.

¿Qué podemos hacer si nuestro amante lo tiene?

Normalizar la situación, ante todo. Informarnos sobre lo que realmente es y tomar las medidas necesarias para no contagiarnos, pero sin duda lo principal es no hacer sentir a la persona que tiene herpes como si fuera un infectado al que no se le puede tocar o disfrutar con ella.