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Agua embotellada: ¿Son mejores las de mineralización débil?

La tremenda oferta de aguas embotelladas que tenemos actualmente en el mercado hace imprescindible conocer un poco más sobre ellas: ¿todas nos valen a todos? Mucha atención porque lo importante de este artículo está al final.

Agua embotelladaPexels

Podemos empezar diciendo que lo de beber 2 litros de agua al día es una trola como una catedral. El libro del que se sacaron las empresas embotelladoras lo de los dos litros de agua, allá por 1974, decía que debíamos estar hidratados con el equivalente a dos litros, no decía nada de beberlos de agua. Esa hidratación se puede conseguir con frutas, caldos, leche, té o café… no es necesario controlar los dos litros de agua al día sufriendo porque no llegas.

Sí que hay que tener cuidado con los mayores y pequeños porque aumenta el umbral de sed y pueden estar deshidratados sin saberlo, pero en general, no hay problema.

Tipos de agua para el consumo humano

Agua mineral natural

Se lleva el 96% del mercado. Se obtiene de manantiales que llegan a la superficie por perforaciones de distinta profundidad. Se diferencia por su composición mineral constante y en que el sabor es siempre el mismo. No se autorizan tratamientos a excepción de aquellos en que se eliminan algunos componentes naturales como puede ser el hierro o manganeso.

Entre ellas, tendríamos a las de mineralización débil, esto significa que tiene poco residuo seco, hasta 500 mg por litro (las de muy débil es 50 mg/l), por eso se recomiendan para elaborar los preparados para bebés. Si tuviera mucho calcio, sería un agua dura y lo percibimos en boca con una sensación de astringencia.

Agua de manantial

La segunda categoría serían las de agua de manantial con menor riqueza mineral. Puede sufrir algún tratamiento físico para separación de materiales no deseables y no tiene por qué tener una composición mineral constante, así que puede haber diferencias de sabor. Por eso casi no hay en el mercado.

Aguas tratadas

Pueden tener cualquier procedencia y se someten a tratamientos autorizados como descalcificar.

Agua con gas

Tiene bastante residuo seco, unos 3000 mg/l. En ella vamos a valorar la intensidad de la efervescencia. Ahí ya depende del gusto de cada uno.

Aguas aromatizadas

Entra dentro de la categoría "bebidas refrescantes".

Se han puesto muy de moda. Lo único que habría que vigilar es si llevan azúcar y, por supuesto, tampoco nos dejemos liar por esos reclamos antiox y esas gaitas que sólo con el título dan a entender que tienen alguna función en nuestro cuerpo.

Si miramos la etiqueta veremos que tiene un 92% de agua y 8% de otras cosas, es evidente que podemos conseguir más nutrientes y a mejor precio de alimentos normales.

En este caso, tienen un sabor ácido, que viene del ácido cítrico del limón, que aunque el origen sea natural, se sintetiza en laboratorio (no se exprimen limones).

El agua del grifo

Se trata de un agua limpia, sin turbidez, un sabor neutro. Se trata de un agua tratada a la que se le han hecho procesos de ozono, cloración, etc. El precio de las botellas anteriores estaría de media unos 60 céntimos por litro. En este caso hablamos de 0,0015 céntimos por litro. Estas botellas eran más caras, pero con una botella de agua normal estaríamos hablando de unas 300 veces más.

- ¿Por qué el agua del grifo sabe mal?

Pero eso no es un indicador de falta de calidad sino de la concentración de minerales, en concreto sales de magnesio y calcio. Esto depende del suelo, entre otras cosas, si es calcáreo tendrá más cal que uno que no lo es. Eso pasa en las regiones mediterráneas. En la zona centro noroeste es agua más blanda. En las islas tienen más sales.

- ¿El agua del grifo tiene relación con los cálculos renales?

No hay ninguna evidencia de eso. Depende más de otros factores como la predisposición, la dieta… los que sí sufren son los electrodomésticos, que se pueden estropear más. Al menos no nos hagamos trampas al solitario cuando le quitamos el calcio y el magnesio al agua y luego compramos pastillas para suplementar. Entiendo de sobra que un agua que no sabe como quieres es terrible, pero no confundamos eso con que el agua sea segura. Que lo es. Si vamos a usarla embotellada, reciclemos, por favor, sólo se recuperan un 25% de los envases.

Origen del agua embotellada

Llega por una necesidad lógica, no hay redes de abastecimiento de agua, no hay plantas potabilizadoras, no existe la cloración y ha habido momentos en los que beber cualquier otra cosa era más seguro que beber agua. Así que el agua que salía bien de los manantiales, la llamada "minero medicinal" se vendía en farmacias, recomendada por médicos.

Hipócrates ya hablaba de agua mineral habiendo hasta una clasificación de diferentes tipos de aguas minerales hecha por los romanos. Allí comenzó el transporte de esta agua en ánforas.

Sí, el agua mineral se tomaba como tratamientos para personas.

¿Cuándo se empezó a envasar el agua?

El agua normal era una gran transmisora de enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea. La primera vez que el agua mineral se envasó para su venta fue en el siglo XVI en Spa (Bélgica).

Se usaban unas jarras de gres con tapones de cera lacrada para garantizar el origen. A partir de ahí toda Europa lo hizo también, no quedó otra que regularlo. Esta agua se embotellaba en balnearios, que es donde había manantiales. Las plantas embotelladoras estuvieron ligadas a los balnearios casi hasta los años 70.

Cuando los balnearios perdieron clientes, se desligaron y, al automatizar procesos, se dedicaron a la explotación comercial de aguas, pero ya de mesa, claro, no como tratamiento.