CUANDO APRIETA EL CALOR HAY QUE VIGILAR LA ALIMENTACIÓN
Vamos a pasar una jornada a la playa y el problema siempre llega cuando tenemos que preparar el pícnic: ¿qué conviene comer en la playa? Probablemente si escuchamos a nuestro cuerpo con detenimiento, él mismo va a oponerse a algunos alimentos y a apostar por otros, más ligeros e hidratantes.
En la playa de la Barceloneta, en Barcelona, ha habido durante muchos años, no sabemos si sigue aún en activo, un señor italiano que vendía donuts a los bañistas. Los llevaba en una bandeja en la cabeza, tostándose al sol a esos 35 grados que alcanza el termómetro en agosto en la Ciudad Condal. Esa imagen se nos ha quedado grabada como un gran ejemplo de lo que no hay que comer cuando aprieta el calor y estamos sufriéndolo (o disfrutándolo, según se mire) y nos ha llevado a escribir sobre lo que sí hay que ingerir durante las jornadas playeras.
1- Fruta fresca. Sí, el fenómeno neverita con fruta fresca cortada nunca falla cuando el calor aprieta. La fruta, especialmente las frutas de verano como el melón y la sandía, contiene gran cantidad de agua, que nos servirá para mantenernos hidratados durante las horas de más calor, mientras el sol nos toca directamente. Además, nos aportará gran cantidad de nutrientes, como vitaminas y minerales.
2- Agua. A menudo nos olvidamos de que es imprescindible beber agua regularmente, a poder ser anticipándonos a la sensación de sed. Siempre es mucho mejor beber agua y zumos que bebidas alcohólicas o con cafeína. Si nos apetece un mojito, hagamos un alto en el camino en el chiringuito para disfrutarlo y luego volvamos al calorazo tras haber bebido abundante agua.
3- Nada de fritos. Aunque alimentos como los rebozados o las croquetas suelen ser muy recurrentes en las jornadas al aire libre, ya sean de playa o de montaña, conviene evitar los fritos cuando aprieta el calor. El exceso de aceite hace que sus digestiones sean más pesadas, lo que no nos conviene cuando hace calor, momento en que el cuerpo nos pide alimentos ligeros y fáciles de digerir.
4- Come a menudo. Mejor un tentempié a base de fruta o zumos a media mañana y un pequeño sandwich de pan integral a mediodía (los panes blancos se digieren más lentamente, al igual que los lácteos, que conviene evitar) que pasarnos toda la mañana prácticamente en ayunas para después pegarnos una comilona de órdago a mediodía, que va a dar lugar a una digestión pesadísima y va a hacer que el calor nos afecte especialmente.
5- Nada de huevo ni mayonesas caseras. Aunque optemos por la recurrente ensalada playera (pasta o arroz integral con verduras y hortalizas frías es una gran opción), evitemos en la medida de lo posible añadir huevo o derivados, como las mayonesas u otras salsas que contengan este producto, ya que las altas temperaturas pueden dar lugar a la aparición de salmonela.
6- Sopas frías. Gazpachos y salmorejos, así como sopas frutales o incluso batidos a base de frutas y yogur son siempre buenas opciones para llevarnos a la playa, ya que podremos beberlos sin problema en un vaso de plástico y no tendremos que hacernos con excesivos utensilios.
7- Cuidado con carnes, pescados y fiambres. Del mismo modo que conviene evitar el huevo a no ser que estemos absolutamente seguros que nuestra neverita va a conservar su temperatura a la perfección, debemos tener mucho cuidado con los fiambres no curados, que no deberían de permanecer más de 3 o 4 horas a temperatura ambiente.
8- Cuando acabes de comer, puedes meterte en el agua sin problemas, pues numerosos estudios han desmentido en los últimos años aquel viejo mito de las dos horas de digestión, pero siempre con mucho cuidado. Bajo ningún concepto vamos a tirarnos de golpe al agua, hayamos acabado de comer o estemos en ayunas, ya que el cambio de temperatura puede provocar el llamado shock termodiferencial, una reacción del cuerpo a este contraste térmico en forma de náuseas, vómitos, mareos e incluso pérdida del conocimiento. Metamos, pues, los piececillos, y poco a poco remojémonos barriga, nuca, rostro y cabeza, para posteriormente ir entrando poco a poco en la playa o en la piscina.
9- Evita los lácteos, en la medida de lo posible. Si puedes evitar quesos y leche (no así el yogur, que puede ser interesante consumir en forma de batidos), que suelen dar lugar a digestiones pesadas, mejor que mejor.
10- Zanahoria, siempre. No sólo te ayuda a conservar el moreno, sino que es ligera y saludable. Acostumbrarte a masticar una zanahoria a diario te puede ser de gran ayuda, pues es un tentempié estupendo, sin apenas calorías, que va a estimular ligeramente la producción de melanina.