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Los cambios de estación no solo afectan al clima, también inciden directamente en el humor, la alimentación, energía vital y, por supuesto, en el pelo y la piel. Te contamos lo último en medicina estética, avalado por una voz experta en la materia.
Septiembre y octubre son meses llenos de buenos propósitos. El fin de las vacaciones, el final del verano y las nuevas rutinas nos impulsan a querer hacer cambios. Muchos de estos deseos se vinculan a un mayor cuidado de la salud: hacer deporte (o más deporte), cuidar la alimentación o empezar a cuidar de nuestra piel.
Para abordar ese cuidado dermatológico, la dra. Carmen Górriz, subdirectora de la Unidad de Medicina Estética de IMR, nos cuenta cómo las nuevas técnicas poco invasivas son cada vez las reinas del cuidado de la piel. La tendencia actual se centra en 5 prioridades, bastante diferentes a épocas anteriores en las que los rellenos muy evidentes y la multitud de tratamientos invasivos se pusieron de moda.
Se trata de tratamientos que estimulan los procesos naturales de reparación y regeneración cutáneos. Se usan para mejorar la firmeza de la piel y rejuvenecerla, sin ningún procedimiento quirúrgico. Actualmente, una de las técnicas más efectivas es la tecnología de exosomas y los bioestimuladores como los polinucleótidos.
Durante algunos años, se han puesto de moda los cuartos de baño llenos de productos para la cara que implicaban hasta 5 pasos en la rutina de cuidado de la piel. La nueva tendencia se aleja cada vez más de ahí: ahora lo que se lleva es el minimalismo en el cuidado de la piel.
En cuanto a cosmética, se recomiendan rutinas de pocos pasos y muy efectivos, a base de activos potentes como el ácido hialurónico, los antioxidantes, retinoides y las ceramidas. Estas últimas sirven para mejorar la barrera cutánea y mantener la piel saludable.
Por supuesto, como producto prioritario está el protector solar de amplio espectro. No hay cuidado efectivo sin proteger la piel del daño solar. Como tendencia, se suma la de proteger la piel también del daño de la luz provocada por los dispositivos electrónicos. Ahora lo que se lleva es la crema con factor de protección elevado todo el año, no solo en verano.
La toxina botulínica, los rellenos dérmicos, los inductores de colágeno y la radiofrecuencia son los tratamientos más populares. Su principal beneficio es que mejoran la apariencia de la piel sin necesidad de un especial cuidado en el postoperatorio.
La cuarta tendencia al alza es el uso de tecnología para personalizar los tratamientos. Es decir, cada vez más clínicas ofrecen la posibilidad de usar dispositivos de diagnóstico para analizar las necesidades específicas de cada caso y ofrecer soluciones totalmente personalizadas.
Las últimas tendencias del sector apuntan a prácticas cada vez más sostenibles, uso de ingredientes naturales y procedimientos alejados de la crueldad animal.
Además, cada vez se ofrece una mirada holística para que el bienestar sea global. Una piel saludable no quiere decir una mente saludable. Por eso, actualmente los centros de medicina estética son cada vez más conscientes de que muchos pacientes van en busca de un bienestar físico y emocional.