a 4.000 metros de profundidad
El 95% de las comunicaciones que se dan en el mundo se producen gracias al sistema de los cables submarinos, una red que cumple una función estratégica desde hace más de un siglo: conectarnos con cualquier punto del planeta. Este sistema resulta imposible de ver, pues se encuentran a 4.000 metros de profundidad. Además de los satélite, el millón de kilómetros de cable instalado en el lecho marino también garantiza las conexiones.
Con el paso del tiempo, muchas de estas líneas han sido sustituidas por otras más eficientes. Sin embargo, sus materiales, algunos tan valiosos como el cobre, son totalmente reutilizables. "Con el cobre tienes el ejemplo de la construcción de cables eléctricos o de componentes para coches, con el plástico hay algún ejemplo muy bueno, como unas zapatillas de 'runner', fabricadas con plásticos sacados del mar", explican los expertos.
Retirar el cable en desuso es una labor muy compleja pero muy ventajosa económicamente, sobre todo para el medio ambiente porque resulta mucho más seguro y económico que el satélite.
"Estos cables están protegidos por unas directivas de la ONU que establecen que en caso de conflicto, todos estos cables quedan bajo su protección", dice un experto.
Los primeros cables se instalaron entre Europa y América en el año 1855. De los dos millones de kilómetros de cable submarino que hay en la actualidad, sólo la mitad está operativo.