Muerte
Iván Castaño, fallecido en el Saltamontes de la parroquia de Matamá, recibirá sepultura esta tarde.
La investigación sobre qué ocurrió la madrugada del sábado en el recinto de las fiestas de la parroquia de Matamá, en Vigo, continúa. De hecho, desde el Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad, se ha iniciado un procedimiento para esclarecer las causas del trágico evento y, en las últimas horas, se han encargado nuevas diligencias.
En la iglesia de la zona las banderas hondean a media asta, los festejos se han cancelado y la mayor parte de los feriantes han abandonado la zona. Mientras, en el campo de la fiesta sólo continúa desplegado, tal y como estaba este fin de semana, el Saltamontes. La atracción se encuentra precintada, custodiada por la Policía Nacional, y con la cabina 7, en la que perdió la vida Iván Castaño, todavía tocando el soporte de la estructura.
Mientras la investigación avanza, comienzan a salir a la luz los testimonios de los presentes en la celebración. A las dos de la mañana Kiko Rivera era el protagonista. "Había muchísimos chavales que solo vinieron a verle, estaba abarrotado", explica un vecino del lugar. Poco después, todo se fundió a negro. "Empezamos a ver a todos los feriantes correr hacia la zona de las atracciones y no sabíamos que pasaba, hasta que vimos las ambulancias", prosigue con su relato.
En ese concierto estaba Eva Costas, una vecina cuyo sobrino subió al Saltamontes escasos minutos antes de que sucediese el fatal accidente. "Ya salía humo minutos antes de que pasase", comenta. Al parecer, y según sus palabras, varios asistentes a la fiesta vieron como la estructura humeaba y alguno decidieron entonces no subir a la atracción. "Había gente que con la entrada comprada prefirió no subir. Vieron a los feriantes cómo abrían el eje de la atracción para intentar ventilarlo, pero siguieron con ella en marcha", agrega Costas.
Poco después el brazo de la cabina número 7 se desprendió de la arteria del Saltamontes e Iván, y su compañera, quedaron a merced del azar. Él se golpeó contra la barandilla y, pese a los esfuerzos de todos, terminó falleciendo en el lugar. Ella, que resultó ilesa, sufrió un shock por lo sucedido.
No fue la única. Una menor, de solo 14 años, ocupaba el asiento de la cabina 8. "Ella, como la atracción en ese momento iba para atrás, vio todo lo que pasaba desde muy cerca. Está destrozada, no puede ni hablar del tema", cuenta Eva.
Esta misma mañana se ha celebrado una misa en Matamá en recuerdo del joven fallecido. Y mientras la investigación continúa, esta tarde tendrá lugar el entierro de Iván Castaño, de 36 años, única víctima mortal del accidente. Será en su parroquia natal, San Pedro de Tuxe, en Ourense.
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