Valencia
La Conselleria de Sanidad Valenciana deberá indemnizar con 192.854 euros a los padres de un bebé de seis semanas que murió al no detectarle una taquicardia.
La bebé nació el 7 de marzo de 2022 en el Hospital La Fe, y el día 17 de abril su madre se dirigía a urgencias tras detectar que se encontraba irritable, inapetente, blandita y con lloros intensos, y los médicos supusieron que se trataba de cólicos del lactante.
La bebé estuvo ingresada en Urgencias desde las 22:16h de la noche, y hasta las 10h que entró la otra pediatra de guardia, no se le tomó la frecuencia cardíaca. Además, en ningún momento de la noche desde su ingreso se le volvieron a medir las constantes vitales.
La taquicardia supraventricular que realmente sufría la niña, no fue diagnosticada en ningún momento de la noche, lo que acabó derivando en una insuficiencia cardíaca que provocó su muerte.
La reclamación a la Conselleria de Sanidad la han tramitado dos letrados de los Servicios Jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente: Ica Aznar y Juan Carlos Montealegre Bello. Además del informe pericial que presentaron, la Conselleria aportó dos informes que emitieron los Servicios de Inspección reconociendo la incidencia: "El daño que, salvo mayor criterio, se considera efectivo y antijurídico es la reducción en las probabilidades de sobrevivir a un cuadro de taquicardia supraventricular en una lactante de seis semanas de vida por retraso diagnóstico al no realizar una valoración clínica rigurosa por parte de los facultativos, de urgencias pediátricas, y una falta de monitorización de constantes por parte del equipo de enfermería de la Unidad de Observación de pediatría, donde el objetivo por definición es el control proactivo de los pacientes".
"No consta, durante toda la estancia en la unidad de observación de urgencias pediátricas, que se monitorizase la frecuencia cardiaca de la paciente, tal como se había indicado. Tampoco consta en la historia clínica que la visitase ningún pediatra desde las 2:50h hasta aproximadamente las 9:30h. En ese momento, la frecuencia cardiaca era de 285-290 lpm, por lo que se solicitó ECG, que se realizó a las 9:52h, que confirmó la taquicardia supraventricular (TSVP)".
Además, los informes de Inspección añaden que los niños sin patología cardíaca asociada, como era el caso, tienen una probabilidad de recuperación del 99,75% si se les asiste correctamente.
Los cálculos que se han realizado de la indemnización se basan en el baremo aplicable a los accidentes de tráfico, sobre el cual los abogados de los padres solicitan un incremento del 25%, que está pendiente de sentencia definitiva por Parte del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), por perjuicio excepcional a la vista de la dureza de los informes aportados.
A las tres de la madrugada de la noche, una facultativa de Urgencias daba de alta a la niña, pero la madre se negó indicando que su hija no estaba bien, ya que seguía muy adormecida y sin tomar. Hasta que no inició el turno de una pediatra a las 10 horas, no se le dio la importancia que tenía la situación de la niña. La profesional solo con ver a la niña a distancia en los brazos de su madre ya detectó que algo anómalo estaba sucediendo, y en el primera auscultación ya confirmó que la niña estaba sufriendo una grave taquicardia.
Cuando el personal tanto de pediatría como de UCI se puso en marcha, ya era demasiado tarde. No pudieron hacer nada por salvarle la vida, a pesar del empeño que pusieron los profesionales médicos. Si le hubieran aplicado un paño frío o hielo en la cara en el momento adecuado, se podría haber evitado la muerte de la bebé.
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