Donaciones
Gabriel Serra que falleció hace dos semanas tras ser atendido en el hospital de Son Llàtzer, y su esposa Sedi Behvarrad han decidido donar todo su patrimonio a la sanidad balear como muestra de gratitud por la atención que recibieron en sus últimos días
Hace unos días falleció Gabriel Serra, esposo de Sedi Behvarrad. Un hombre conocido por su amabilidad y gran sentido del humor, nos cuenta su esposa, pero también un amante del mundo del motor, ya que fue miembro activo y presidente de la Asociación MoterosUnidos de Baleares, con quienes recorrió kilómetros por Mallorca y otras regiones del país. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado tras ser diagnosticado con cáncer de páncreas. Y aunque la enfermedad se detectó rápidamente, ya había hecho metástasis en el hígado y los pulmones, lo que llevó a su fallecimiento poco tiempo después del diagnóstico.
Su esposa, Sedi, describe la situación como dolorosa, pero a la vez llevadera, ya que, a pesar de la gravedad de la enfermedad, durante los días que pasaron en el hospital, afirma que Gabriel mantuvo su buen humor y actitud positiva hasta el final, ganándose el cariño de todos los que lo atendieron. "Las enfermeras lo llamaban Papá Noel por su barba blanca". Una situación que aunque paso rápida, les fue uniendo cada vez más, hasta que finalmente Gabriel le confesó a Sedi su deseo de donar el patrimonio a IB-Salut como muestra de gratitud por el trato recibido.
Ella revela que su mayor deseo es que la herencia que le dejara su marido Gabriel se destinara a garantizar que los pacientes en estado terminal pudieran pasar sus últimos días en habitaciones individuales. Una decisión que surgió de su propia experiencia en los días finales de Gabriel, cuando compartieron la habitación con otro paciente de cáncer, separados únicamente por una cortina.
Esa falta de intimidad en un momento tan sensible afectó tanto a su familia como a la del otro enfermo. Fue entonces cuando Javier Ureña, encargado de gestionar la donación, le preguntó a Sedi cómo querían que se empleara el dinero. Ella no dudó en responder que su prioridad era asegurar que los pacientes terminales tuvieran la privacidad necesaria para estar acompañados por sus seres queridos en una habitación individual. Y en el caso de que los hospitales del IB-Salut estuvieran completos, propuso que los fondos se usaran para alquilar habitaciones en clínicas privadas.
Sedi relata que tenían otras opciones, pero decidieron acudir a ese, ya que era el más cercano de su casa, y además, porque "Gabriel había cotizado toda la vida y estaba convencido de que en un hospital público recibiría la atención que necesitaba."
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