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Picaduras de medusa

Medusas y otros peligros en la playa: cómo evitar que las picaduras arruinen nuestras vacaciones

Las picaduras de estos animales marinos suponen más del 60% de las incidencias en las costas. Otras especies, como la raya o el pez araña, suelen estar enterrados en la arena y son también un riesgo.

Fotografía de una medusaAntena 3 Noticias

Los destinos costeros se convierten en el objetivo de muchos cada verano. No obstante, en ocasiones olvidamos que se trata de espacios donde habitan todo tipo de animales, cuyos hábitats solemos invadir. Por este motivo, es más frecuente que aparezcan lesiones al entrar en contacto con ellos, ya sea por accidente o por negligencia. Los expertos insisten en la importancia de la prevención: evitar tocarlos de forma voluntaria y alejarnos en caso de aparición inesperada.

El Grupo Ayuda Animal SEMES, de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, explica que, por lo general, las lesiones producidas por estos animales son locales, leves y muestran síntomas como picor, dolor e inflamación.

La doctora Beatriz Rodríguez, médico, veterinaria y coordinadora del grupo, añade que las reacciones graves son anecdóticas y que en el caso de que apareciesen otros síntomas como "convulsiones, falta de aire, dolor abdominal o fiebre, hay que activar a los Servicios de Emergencias y trasladar a la víctima a un centro hospitalario".

Pautas a seguir frente a picaduras

"La primera medida es poner a salvo a la víctima, sacarla del agua y colocarla en un ambiente seguro", comenta Beatriz Rodríguez. La experta añade que, en el caso de haber Servicio de Socorrismo, este sería de gran ayuda, ya que "el personal tiene experiencia en su manejo y conocimiento de la fauna local".

Por otro lado, hay que limpiar la zona con agua de mar o con vinagre diluido al 50%. "También es importante retirar los cuerpos extraños (tentáculos, espinas…) con pinzas o cualquier otro objeto, aunque no debemos manipular directamente ya que podemos aumentar la lesión. Del mismo modo evitaremos rascado directo y aplicaremos frio local indirecto sin frotar (hielo envuelto en paño)".

La doctora añade que están contraindicados el lavado con agua dulce, los vendajes compresivos, la succión directa, etc., y que "en un segundo momento y siempre bajo supervisión médica, se pueden tomar analgésicos, antihistamínicos, cremas para alivio sintomático, antibioterapia, así como vacunación antitetánica en el caso que estuviese indicado".

Fauna marina a tener en cuenta y cómo tratar un posible "ataque"

La protagonista más temida y la que más frecuentemente puede provocar lesiones es la medusa. Estas suponen más del 60% de las incidencias que se producen en las costas y, en los últimos años, ha habido un aumento relativo, tanto en su presencia como en la aparición de nuevas familias marinas.

En este sentido, lo más sensato es evitar el baño cuando haya alarma o bien, estar pendientes para evitar el contacto. "Tampoco es infrecuente ver animales muertos en la orilla. En este caso también debemos evitar tocarlas porque pueden seguir siendo activa su toxina y provocarnos lesión".

Otras especies que pueden causar problemas en estas fechas son el pez araña o escorpión y la raya. "Suelen estar enterrados en la arena, por lo que no es difícil pisarlo", aclara la coordinadora. La forma de evitar estos "ataques" es caminar calzado por la orilla, ya que no hay problema en la arena seca. "En ambos casos, se debe retirar el cuerpo extraño y neutralizar su toxina, introduciendo el miembro afecto en agua caliente a 45 grados entre 60 y 90 minutos. En estas lesiones, hay que valorar el estado vacunal del paciente por su efecto potencial tetanígeno".

Existen otros animales presentes a niveles marinos más profundos, pero que dada la popularización de ciertos deportes acuáticos cada vez son más frecuentes. Estos animales invertebrados son las anémonas, corales, esponjas, estrellas o pepinos de mar. Las lesiones que principalmente provocan son la dermatitis irritativa por contacto y, en alguna ocasión, conjuntivitis.

Por último, desde el Grupo Ayuda Animal SEMES alertan sobre una entidad más específica, que es la erupción del bañista. Esta se da por contacto con larvas de 'Edwarsiella lineata', que inyecta una toxina intradérmica. "Ocurre característicamente en la zona del bañador u otros accesorios que contactan con la piel, reteniendo la larva sobre ella. El tratamiento será la retirada de todos estos objetos, así como lavado intenso con agua de mar". La clínica más frecuente es la dermatitis irritativa, si bien hasta en un 10% de los casos puede dar síntomas sistémicos.

"Para intentar no arruinar nuestras vacaciones y evitar experiencias como poco desagradables, debemos ser respetuosos con el medio marino e interferir lo mínimo en la vida de sus animales", concluye la doctora Rodríguez, que recuerda que, si bien la mayoría de las interacciones son accidentales, en ocasiones estos animales se defienden de nosotros porque nos identifican como un peligro.