Detenciones
La intención era tratar a su hija de una enfermedad rara, aunque posteriormente se descubrió que no fueron usados para ese fin.
El 31 de julio de 2024, la Guardia Civil ha detenido a una pareja, un hombre de 59 años y una mujer de 52 años, acusados de un presunto delito de estafa. Los detenidos, Fernando Blanco y Margarita Garau, habían creado en 2010 una fundación con el objetivo de recaudar fondos para tratar a su hija, quien padecía una enfermedad rara. Sin embargo, tras varios años de recolectar dinero, se descubrió que los fondos no fueron utilizados para el tratamiento de la niña.
La semana pasada, la Guardia Civil de Illes Balears recibió una solicitud de colaboración de la sección 1ª de la Audiencia Provincial de Lleida para proceder a la detención e ingreso en prisión de ambos individuos, quienes habían establecido su residencia en la isla de Mallorca. La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil en Baleares inició una serie de investigaciones para localizar los domicilios de los acusados y proceder a su detención.
Este miércoles, el hombre fue detenido en Palma y la mujer en Santa María. Ambos han sido puestos a disposición judicial para su ingreso en prisión, según ha informado la Guardia Civil.
Fernando Blanco y Margarita Garau fueron condenados en 2018 a cinco y tres años y medio de prisión, respectivamente, por estafar 402.000 euros en donativos obtenidos a través de campañas de solidaridad, aprovechándose de la enfermedad rara de su hija cuando era menor de edad. La Audiencia de Lleida, que dictó la primera sentencia contra la pareja, había ordenado su detención para cumplir con la condena, ya que residían en Mallorca, de donde es originaria la mujer.
El Tribunal Supremo confirmó en julio del año pasado la sentencia, rechazando el recurso del padre y manteniendo la condena para ambos. La sentencia detallaba cómo los padres habían constituido la Asociación N.N. para la tricotiodistrofia y enfermedades raras de Baleares, con el objetivo aparente de recaudar fondos para la investigación y ayudar a otras familias con niños que sufrían la misma enfermedad. Sin embargo, según la resolución, "la finalidad real era obtener el enriquecimiento personal de los acusados".
El padre figuraba como presidente y la madre como tesorera en los estatutos de la asociación. La investigación reveló que realizaron frecuentes y significativos reintegros de las cuentas bancarias de la asociación para cubrir gastos privados, recibiendo un total de 402.000 euros obtenidos ilícitamente para su propio beneficio.
En noviembre del año pasado, el Tribunal Supremo también confirmó las indemnizaciones que los padres deben abonar a 65 perjudicados, sumando un total de 62.284 euros, de los más de 400.000 euros en los que se evaluó la estafa. La Sala de lo Penal dictó una sentencia rechazando los recursos de los padres, quienes ahora deben afrontar estos pagos en concepto de responsabilidad civil.
La detención de Blanco y Garau pone fin a una larga investigación y busca garantizar que cumplan con las penas impuestas por sus actos fraudulentos, que aprovecharon la empatía y generosidad de muchas personas que creyeron en la causa que promovían.
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