Inmigración Canarias
Teseida y Gilberto tienen en acogida a dos hermanos senegaleses, Adama y Baye, de 9 y 12 años, y 'Mamá Lorena' y Tama se conocieron en el centro de acogida donde ella llevaba la comida en 2020 cuando él llegó de Mali.
En El Hierro se viven historias dramáticas con la inmigración pero también historias de auténtica solidaridad.
Teseida y Gilberto son un matrimonio que lleva 10 años acogiendo a menores no acompañados que llegan a Canarias y además los dos son voluntarios de protección civil y dedican su tiempo libre a ayudar en el Centro de Atención Temporal para Extranjeros. En noviembre recibieron el aviso de que habían llegado en cayuco a Tenerife dos niños de 9 y 12 años y los acogieron en su casa. Son Adama y Baye, dos hermanos senegaleses que nos reciben cantando 'la Macarena' y merendando tostadas con mermelada.
"Están viviendo cosas que no vivían en Senegal", dice Teseida. En un castellano casi perfecto, los niños nos cuentan que son uno del Madrid y otro del Barça. "Una de las preocupaciones que teníamos para la acogida era el idioma, pero nos llevamos una grata sorpresa", cuenta Gilberto. En los tres meses que pasaron en el centro de menores los niños aprendieron rápidamente y se han adaptado a la perfección en el colegio. Estarán con ellos un mínimo de dos años, que podrán ser prorrogables incluso hasta su mayoría de edad.
Mantienen el contacto por videollamada con su familia de Senegal, cada uno con su madre, ya que son hermanos de padre, y con sus abuelos y el resto de hermanos. Teseida no quiere preguntarle mucho a los niños por la travesía en el cayuco, pero un día fueron al muelle de La Estaca y había llegado uno, y los niños comenzaron a explicarle todo. Le contaron donde iban ellos colocados en el viaje, donde hacían la comida… El mayor, Adama, le contaba que él está más acostumbrado a navegar porque salía con su padre a pescar, pero que Baye, lo pasó peor porque se mareaba, vomitaba y lloraba mucho.
Cerca del muelle de La Restinga, en el Restaurante Casa Juan, nos encontramos con otra historia. Tama Doucouré es un joven de Mali de 23 años que llegó el 25 de diciembre de 2020 en cayuco a El Hierro en una durísima travesía de 8 días, 3 de ellos sin comida ni agua. En el centro de acogida de Cruz Roja conoció a la que es su madre de acogida, Lorena. Ella llevaba comida de su restaurante al centro: "Todos querían la comida de ‘mamá Lorena’ porque la llevaba caliente. El chocolate, la leche y gofio…", recuerda Lorena.
Creó un vínculo especial con Tama, porque era el único que hablaba español, lo introdujo en su familia, y cuando se lo llevaron a un centro en Tenerife todos lloraron al separarse. Después a él lo trasladaron a la península y siguieron en contacto: "Yo le dije: Tama, ¿tú te quieres venir conmigo?, y me dijo que sí". Le ayudó con los papeles, le dio trabajo y casa y se lo trajo de vuelta a El Hierro. "La vida en El Hierro me gusta mucho, espero estar siempre aquí", nos dice Tama.
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