SE BUSCÓ EN MARZO POR ÚLTIMA VEZ
Los restos óseos hallados en la localidad zamorana de Ricobayo han dado positivo en la prueba de ADN con un persona que desapareció en 2001. Así lo han confirmado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Zamora tras el descubrimiento de estos restos por parte de dos pescadores en el embalse de Ricobayo. El pasado 5 de febrero de 2001 la Guardia Civil de Zamora tuvo conocimiento de la desaparición de una persona en las inmediaciones de la presa de Ricobayo y aunque de inmediato se estableció un dispositivo de búsqueda no se pudo obtener resultado positivo.
La búsqueda se prorrogó durante tres días seguidos, haciendo casi imposible la inmersión, debido a las condiciones meteorológicas adversas reinantes en ese momento, por lo que la mencionada búsqueda se realizó básicamente desde la embarcación sin obtener resultado positivo. También se realizaron rastreos aguas abajo de la presa, ante la posibilidad de que el cuerpo hubiese pasado hacia esta zona al encontrarse las compuertas abiertas.
Mientras tanto los equipos de investigación de la Guardia Civil realizaban labores de investigación con la finalidad de dar con el paradero de la persona desaparecida, aunque sin resultado. En la primavera del 2002 se efectuaron también numerosos reconocimientos con una cámara pocera, sin obtener resultado positivo, a pesar del esfuerzo y empeño de los miembros del cuerpo durante todo este tiempo.
Prendas con restos óseos
Los últimos trabajos de búsqueda datan de marzo de este mismo año. Entonces, la Guardia Civil de Zamora tuvo conocimiento a través de la colaboración ciudadana, del hallazgo en el pantano de Ricobayo de una zapatilla con un calcetín en su interior, observando que dentro del mismo había restos óseos.
De inmediato la Guardia Civil de Zamora se personó en el lugar para observar en una primera inspección ocular que se trataba de una zapatilla de color blanco de una marca conocida, que en su interior había un calcetín con restos que pudieran ser humanos. Al lado de la zapatilla había otros restos de huesos que también pudieran ser humanos y a unos 20 metros de distancia otro calcetín de las mismas características.
Fueron los especialistas en Policía Judicial de la Guardia Civil de Zamora quienes levantaron los restos y se los entregaron al Instituto Anatómico Forense de la capital, desde donde fueron trasladados al Instituto Nacional de Toxicología para su posibleobtención del perfil de ADN. El instituto ha emitido un informe positivo de la identificación mediante ADN, coincidiendo el de los restos óseos hallados con el del familiar de la persona desaparecida en febrero de 2001.