DANA
Un grupo de vecinos fue juntando y atando sábanas que después lanzaron desde un primer piso, y, a pulso, lograron salvarle.
En Valencia continúa la búsqueda de los últimos desaparecidos por el paso de la DANA. 23 días después, seguimos conociendo historias de rescates extremos. A un vecino de Catarroja le salvaron sus vecinos. Lo hicieron con sábanas desde una ventana. Este martes ese vecino se ha reencontrado con sus rescatadores en un emotivo momento.
Aquel rescate fue captado en vídeo por uno de los vecinos. Un grupo fue juntando y atando sábanas que después lanzaron desde un primer piso, y, a pulso, lograron salvarle. Fueron minutos de mucha angustia. Este hombre ha atendido a Antena 3 Noticias. "Estábamos temiendo lo peor por él", comentaba una vecina.
"Como los vecinos estaban ahí pendientes de mí, ataron unas sábanas", dice el rescatado. Uno de los vecinos, Ángel, que le salvaron afirma que "cuerdas no teníamos y es lo primero que se te viene". "Él se cogió bastante fuerte y nosotros tirando", dice Ángel. El rescatado asevera que "los vecinos me animaron mucho para salir".
Roberto Moreno, un joven de 25 años con espina bífida, lleva casi un mes sin poder salir de su casa, también Catarroja, una de las localidades valencianas más afectadas por la DANA del pasado 29 de octubre. Aunque el agua no llegó a entrar en su vivienda, quedó a solo tres escalones de hacerlo. Sin embargo, las consecuencias de la catástrofe han supuesto un confinamiento forzado para Roberto, quien describe su situación como "peor que el confinamiento por la pandemia".
"Entonces sabía que podía salir si era necesario, ahora no tengo opción", explica. Su conexión con el exterior se limitó durante semanas a observar desde la ventana a los equipos de la UME retirar lodo y escombros. La localidad recuperó la conexión a internet 24 días después del desastre, algo que para Roberto supone un alivio parcial: "Al menos puedo hablar con mis amigos, pero sigo encerrado. Siempre me ha gustado salir, especialmente para pasear a mi perro, Fox, y ahora es mi madre quien lo hace".
Para las personas que se desplazan en silla de ruedas, como es el caso de Roberto, el barro en las aceras y la humedad suponen obstáculos insalvables. "La gente no se imagina lo que implica para nosotros cualquier pequeño rastro de barro", señala. Además, las calles aún están lejos de ser transitables, y los daños causados por la humedad en su silla de ruedas añaden más complicaciones.
Otro problema importante es el acceso a los servicios de rehabilitación en Valencia. La Asociación Valenciana de Espina Bífida (AVEB) denuncia que, con el metro fuera de servicio, las lanzaderas habilitadas no son accesibles para usuarios de sillas de ruedas, un hecho que deja a muchos pacientes sin opciones para continuar sus tratamientos.
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